Las familias tienen la impresión de que el Gobierno español no hace todo lo posible para que el secuestro tenga un final feliz. Luis Tremiño, hermano de José Antonio, habla de "apatía y dejadez del Ministerio de Exteriores, que en ningún momento ha puesto toda la carne en el asador".
Tremiño marca el contraste entre esta actitud y la del Ministerio del Interior, que, dentro de las limitaciones impuestas por el hecho de que el secuestro se produjo en otro país, "se interesó desde el principio por el caso a través de la unidad contra el crimen organizado y colabora con la policía de Georgia, además, de apoyarnos sobre el terreno". Los familiares de los dos rehenes fueron recibidos la semana pasada por el vicepresidente y ministro del Interior, Mariano Rajoy, quien les comunicó que enviaría a un mando policial para que trabajase con la Interpol y las fuerzas de seguridad georgianas. Este funcionario llegó el miércoles a Tbilisi.
Fuentes diplomáticas comprenden la preocupación de los familiares, pero hacen notar que el Gobierno ha tomado cartas en el asunto desde el primer momento y que, desde que se produjo el secuestro, ha habido en Tbilisi un diplomático español de forma casi permanente. Además, se han producido varios viajes del embajador en la capital rusa y una del secretario de Estado, Ramón de Miguel. Actualmente, se encuentra en la capital georgiana Manuel de Luna, acreditado como encargado de negocios y que tiene previsto reunirse con el presidente Edvard Shevardnadze y los titulares de Interior, Seguridad y Exteriores. A este último le entregará una carta de su homólogo español, Josep Pique.
Las autoridades georgianas siempre han mantenido que los empresarios están vivos, en Pankisi, que los bandidos están casi identificados y que el uso de la fuerza pondría en peligro la vida de los secuestrados. Luis Tremiño estimaque, tras 12 meses, recurrir ahora a esta salida "sería lamentable".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001