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Jennifer López, una estrella del Bronx

Antes de recoger un Ondas por su trayectoria artística, Jennifer López tuvo que someterse ayer al interrogatorio de una legión de informadores. Ante ellos se mostró como una mujer simpática y franca a la que no costó admitir que "cuando has crecido en el Bronx y sueñas en tu habitación con ser una estrella luego resulta difícil creer que lo has logrado. Por ello nunca te acostumbras a los aplausos, nunca terminas de entender lo que ha pasado".

Lo que ha pasado es que Jennifer vende millones de discos en todo el mundo, y sus películas -está a punto de comenzar dos más- garantizan recaudaciones más que importantes. Es una estrella, y además, mujer de negocios. "Sí, voy a lanzar mi marca de ropa", adelantó.

Jennifer, que durante la gala agradeció el amor que le profesan sus fans, no apareció en la recepción matinal de los Ondas. Sí lo hizo, armando no poco revuelo, Paulina Rubio, premiada como mejor artista revelación latina y que, además de a sus admiradores, también le agradeció el premio a su madre. Coincidió en este punto con Carlos Baute, mejor artista latino, especialmente contento por las actividades de sus club de fans en España. Las integrantes de Papa Levante, el grupo revelación español, agradecieron la distinción con un susurro: "No nos despertéis, no hagáis ruido, que estamos soñando". La Oreja de Van Gogh, con dos Ondas, dedicaron el premio a todo su equipo de colaboradores. El dúo M-Clan, mejor grupo en directo, tuvo un recuerdo para todos "los músicos que se juegan la vida en la carretera en las giras" y Estrella Morente, mejor obra flamenca, señaló su deuda con su padre, Enrique Morente. Ainhoa Arteta, Ondas en música clásica, dedicó el premio a su público.

"No a la piratería, sí a la música legal" fue el lema con el que Iñaki Gabilondo introdujo los Ondas musicales.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001