Una mujer de 49 años estranguló con un pañuelo a su compañero sentimental en la madrugada de ayer en Valencia. Fue la supuesta homicida, conocida como Marujil, quien avisó a la policía de lo ocurrido. La víctima, Vicente, de 57 años, padecía una minusvalía y se desplazaba en silla de ruedas. Su compañera, que también sufría una lesión y se ayuda de muletas, dijo a la policía que "estaba harta de estar siempre a palos".
Maruja B., de 49 años, y Vicente, de 57 años, cuyo apellido no fue facilitado, llevaban cinco o seis años juntos. El pasado mes de marzo se instalaron en el segundo piso de una finca de nueva construcción en el barrio de Natzaret de Valencia.
Su llegada no pasó desapercibida para el vecindario por las continuas disputas entre la pareja. "Estaban siempre discutiendo, a gritos, se pegaban. Él era muy violento, muy agresivo. Ella es una mujer muy extraña, rara. No tenían demasiado contacto con los demás, pero casi siempre comían y cenaban en el mismo bar", dijo una vecina tras los hechos.
En la Tasca del Tío Nelo, próxima a la casa, dieron fe de la asiduidad de la pareja, dedicada ocasionalmente a la venta de cupones y pensionistas ambos. "Anoche cenaron aquí. Estaban bien, no como el miércoles, que tuvieron una discusión fortísima y él decía que estaba harto y que se iba a ir a vivir con la otra mujer con la que se entendía", contaron en el bar.
Gritos tras el crimen
Los vecinos del inmueble donde vivían Vicente y Maruja, así como quienes veían a la pareja (en silla de ruedas él y necesitada de muleta para caminar ella), dijeron que con ellos iba siempre otra mujer, que creen que vivía en la casa y con la que él quería marcharse y abandonar a Maruja.
Hay testigos que aseguran que después de que Maruja estrangulara a Vicente, en la cama con un pañuelo, se oyeron gritos, que atribuyen a la otra mujer, de "¡Ay, mi Vicente, lo ha matado!".
Sin embargo, la policía confirmó que sólo se detuvo a Maruja en relación con estos hechos, quien dio aviso de lo ocurrido y declaró ante los agentes que estaba "harta de vivir a golpes, que llegaron a casa, se metieron en la cama, empezaron a discutir, a pelearse y que no pudo más".
Fuentes de la investigación aseguraron que "la violencia era continua entre ambos y que ella declaró que no podía soportar más las peleas y palizas". Los vecinos recordaron ayer que la agresividad entre la pareja llegó a puntos impensables.
Un perro por el balcón
"En verano tuvieron una pelea tremenda. En plena discusión ella sacó al balcón un perro al que él tenía mucho cariño y lo tiró. El animalito murió y ella apareció al día siguiente con la cabeza llena de golpes", explicó una vecina.
Otra conocida afirmó que "era imposible que pudieran seguir así, aunque haya tenido un ataque de celos porque él se quería ir con la otra, la convivencia era un infierno".
"Esa mujer ha tenido que aguantar mucho, y eso que sólo sabemos lo que ha pasado desde que viven aquí, pero él era una bestia", añadió.
Maruja prestó declaración ante el titular del juzgado de instrucción número seis de Valencia, de guardia, quien decretó su ingreso en prisión. Las diligencias serán remitidas al juzgado número cinco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de diciembre de 2001