Estados Unidos emprendió ayer una campaña para asfixiar financieramente a la organización Hamás, que reivindicó los atentados cometidos en Israel durante el fin de semana. El presidente George W. Bush comparó a Hamás con la organización Al Qaeda y dijo que se trata de "uno de los grupos terroristas más peligrosos del mundo", en un acto en el que anunció el cierre de las oficinas estadounidenses de la Fundación Tierra Santa para el Auxilio y el Desarrollo.
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Según Bush, la Fundación, que el año pasado recaudó 13 millones de dólares (unos 2.400 millones de pesetas), se ocultaba tras una finalidad presuntamente caritativa para financiar las escuelas de Hamás, "donde se enseña a los niños a convertirse en terroristas suicidas", y proporcionaba ayuda económica a las familias de los terroristas muertos. Los líderes musulmanes en EE UU negaron ayer cualquier vinculación con el terrorismo y emplazaron a Bush para que reconsidere su decisión.
Entretanto, Bush emplazó por primera vez a los aliados de EE UU para que se impliquen en la persecución de terroristas palestinos que atacan a Israel: "Incumbe a nuestros aliados y amigos en todo el mundo ayudar a que estos terroristas sean enviados ante la justicia si queremos paz en Oriente Próximo". Bush volvió a pedir al líder palestino Yasir Arafat "que actúe con firmeza para arrestar a quienes han asesinado".
El FBI clausuró ayer mismo las oficinas de la Fundación Tierra en Tejas, California, Illinois y Nueva Jersey y congeló todos sus fondos. Un portavoz de la Fundación afirmó que la orden del presidente Bush formaba parte de una "campaña de desprestigio" contra entidades musulmanas e indicó que la entidad no se dedicaba al terrorismo, sino a "sufragar programas humanitarios" para los "refugiados palestinos en Jordania, Líbano y Palestina". Otras dos entidades financieras sin presencia en EE UU, el Aqsa Bank de Gaza y Beit El-Mal Holdings Co. de Jordania, fueron incluidas también en la lista negra del Departamento del Tesoro por su presunta relación con Hamás.
Washington catalogó a Hamás como "organización terrorista" en 1995 y sus activos estadounidenses están congelados desde ese año. La orden ejecutiva firmada por Bush tras los atentados del 11 de septiembre permite bloquear también los fondos de entidades relacionadas con la financiación del terrorismo, y un portavoz de la Casa Blanca indicó ayer que los atentados del pasado fin de semana en Israel habían hecho que se adelantara "unos diez días" una operación contra Hamás que ya estaba prevista dentro de la campaña contra el terrorismo internacional.
Los últimos acontecimientos en Oriente Próximo han agudizado la desconfianza de Washington hacia las organizaciones palestinas y el propio Arafat. Una fuente de la Casa Blanca dijo ayer a la CNN que Bush estaba "harto" de Arafat. El secretario de Estado, Colin Powell, exigió por su parte al presidente de la Autoridad Nacional Palestina que utilizara "toda su influencia y todo su prestigio" para controlar los movimientos terroristas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de diciembre de 2001