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El FMI rechaza conceder a Argentina el préstamo de 1.264 millones de dólares previsto para diciembre

Argentina recibió ayer un nuevo jarro de agua fría al confirmar el Fondo Monetario Internacional (FMI) que no concederá el préstamo de 1.264 millones de dólares (236.368 millones de pesetas, 1.420 millones de euros) previsto para este país en diciembre. La institución argumenta que Argentina no ha cumplido con las reformas económicas a las que el dinero estaba condicionado, según un portavoz del FMI.

El directorio del Fondo, que se reunió ayer para debatir sobre la situación argentina, concluyó: "Basado en los resultados de la misión que ha estado en Buenos Aires, la gerencia del Fondo no puede en esta etapa recomendar la conclusión de la revisión del programa con el FMI".

Esta decisión implica que el desembolso de 1.264 millones de dólares previsto para este mes, y que Argentina pensaba utilizar para pagar vencimientos de deuda el 20 de diciembre, no será concedido por el momento. No obstante, el Gobierno de Fernando de la Rúa ya había previsto que el FMI podía negarse a desembolsar el dinero, por lo que ha dispuesto una partida de 2.000 millones de dólares para compensar la ausencia de este colchón financiero. El Ejecutivo ha reunido esta cantidad obligando a los fondos de pensiones a comprar letras del tesoro, entre otras medidas.

Por otra parte, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunció ayer una serie de medidas que flexibilizan levemente la prohibición de extraer más de 250 pesos o dólares en efectivo a la semana impuesta a los argentinos el pasado lunes. Ante el dato de que el consumo en las grandes ciudades se redujo más del 50% desde que esa medida entró en vigor, el Gobierno ha decidido eliminar la restricción para los trabajadores cuyos salarios sumen hasta 1.000 pesos. Además, se amplía de 1.000 a 10.000 pesos la cantidad que podrán retirar los ciudadanos que se dispongan a viajar.

Dentro del panorama incierto que sufre Argentina, el jefe del Ejecutivo quiso dejar claro que existen medidas que no piensa adoptar: ni la dolarización de la economía, ni la devaluación de la moneda ni la dimisión del ministro de Economía. Las centrales sindicales decideron ayer convocar una huelga general para el próximo 13 de diciembre.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de diciembre de 2001