El crecimiento de la economía española se ha desacelerado hasta el 2,6% en el tercer trimestre, el peor dato de los últimos cinco años. Son tres décimas menos que en el periodo anterior, aunque es un resultado que contrasta favorablemente con la media de la zona euro (1,3%), Alemania (0,4%) o EE UU (0,6%). El consumo mantiene el tirón de los últimos años y apenas ha caído una décima (hasta el 2,5%). El sector de la construcción afloja un poco, pero sigue a un ritmo todavía alto (5,6%), debido en buena parte al afloramiento de dinero negro con la llegada del euro. Las expectativas no son buenas, como muestra la caída del 3,1% en la inversión en bienes de equipo y la menor creación de empleo.
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Los datos de la Contabilidad Nacional, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran que la desaceleración que se inició a principios de 2000 avanza lentamente, pero sin pausa. En aquellas fechas se superaba el 4% y en el tercer trimestre de este año el crecimiento baja al 2,6% respecto del mismo periodo del año anterior.
La caída es de tres décimas en relación al ritmo del segundo trimestre (el INE ha revisado una décima a la baja este último resultado), y supone volver a los niveles de 1996, año de la llegada del PP al Gobierno. A partir de entonces se ha vivido en una burbuja económica que, poco a poco, se desinfla.
La caída no es tan brusca como la de la zona euro (media del 1,3% en el tercer trimestre, desde el 3,4% de 2000) y EE UU (hasta el 0,6% desde el 4,1%) en tasas interanuales. Aunque la crisis acabará por llegar, la salida a la superficie del dinero negro embalsado en la economía española le ha dado un fuelle inesperado.
El dinero negro
El propio INE lo apunta cuando dice en su comentario que el gasto en consumo final de los hogares mantiene "un fuerte dinamismo", especialmente por la "demanda de bienes de consumo suntuario". Este comportamiento, explica, "podría estar inducido por la mayor velocidad de circulación del dinero que se aprecia en función del cambio de moneda que tendrá lugar el próximo mes de enero".
El consumo mantiene su crecimiento en el 2,8%, se reduce una décima el de los hogares (hasta el 2,5%) y se acelera en dos décimas (hasta el 3,6%) el correspondiente a las administraciones públicas. El retroceso de la remuneración de asalariados (dos décimas, hasta el 6,9%) y del excedente bruto de explotación o beneficio de las empresas y otras rentas (del 8,4% al 7,3%) indican que el consumo se mantiene por causas extraordinarias. El sector de la construcción ha reflejado también el fenómeno. La mayor cantidad de dinero en circulación, junto con la caída de tipos de interés, ha sostenido la demanda de viviendas, pese a que los precios han crecido en torno al 15%.
En el tercer trimestre del año, la inversión en construcción se ha moderado hasta crecer un todavía elevado 5,6%, tres décimas menos que en el trimestre anterior.
¿Qué pasará el año próximo? Nada bueno, a juzgar por lo que avanzan los datos de la inversión en bienes de equipo. La caída del 3,1% del tercer trimestre -el segundo dato consecutivo negativo- da lugar a una valoración "especialmente pesimista" de la situación, según el INE. Éste es el indicador adelantado que utilizan los analistas para conocer las expectativas de inversión de las empresas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de diciembre de 2001