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El Gobierno ve 'inadmisible' que las eléctricas supediten sus inversiones a la subida de tarifas

Economía afirma que la crisis de los apagones ha pasado, aunque hoy mantendrá la alerta

El Gobierno se repartió ayer los papeles para hacer frente a las críticas desatadas por la crisis eléctrica, que cree superada. Así, mientras el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, defendía a las eléctricas y las inversiones que han realizado en los últimos años, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, advertía a las mismas compañías de que "no hay ninguna razón para que suban las tarifas [eléctricas en 2002]". También rotundo, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, calificó de "inadmisible" vincular inversiones en el sector eléctrico con subidas en el precio de la luz.

Ante todo, el mensaje más repetido desde el Gobierno, a través de Folgado y de la directora general de la Energía, Carmen Becerril, fue que la normalidad ha vuelto al sistema tras los apagones del lunes. Por precaución, no obstante, la alerta se mantendrá hasta hoy. Según explicaron, el martes sobró energía: en las horas punta (entre las 18.00 y las 20.00) se demandaron 34.500 megavatios (1.000 menos que el lunes) que fueron atendidos. No obstante, curándose en salud, se aplicó la tarifa interrumpible (más barata), que permite cortes de energía a grandes clientes industriales, lo que proporcionó al sistema un colchón de 1.700 megavatios. Las interrupciones afectaron a unas 170 empresas. La punta de consumo se situó ayer en 34.560 megavatios y hubo cortes en empresas durante cuatro horas.

La crisis del lunes ha puesto de manifiesto las carencias del sistema y ha enconado el pulso que el Gobierno y las empresas mantienen respecto a las tarifas. El Ejecutivo ha elaborado ya parte del borrador de tarifas para 2002 en medio de los mensajes lanzados desde las eléctricas, que reclaman una subida del 2% en 2002 para, afirman, atender sus compromisos de servicio y de inversión.

Un descenso del 9%

El Gobierno está apurado. En junio de 2000, y en el decreto de medidas liberalizadoras, aprobó que la luz bajara "hasta un 9%" para el usuario doméstico en tres años. De ese porcentaje, se ha aplicado una bajada este año del 4%, por lo que teóricamente quedaría por decidir una reducción, en 2002 y 2003 de hasta el 5%. Eso es lo que pone los pelos de punta a las empresas, que destacan cómo en los últimos cinco años las tarifas en términos corrientes han bajado más de un 17% y cerca del 30% si se tiene en cuenta la inflación. Las compañías han reiterado en los últimos meses que tendrán dificultades para seguir invirtiendo si el precio de la luz continúa bajando.

Ese pulso soterrado a veces y evidente en otras ocasiones dio lugar ayer a los rotundos comentarios del vicepresidente Rajoy, quien aseguró a TVE que "no hay ninguna razón para que suban las tarifas". Rajoy recordó a las empresas eléctricas que tienen unos beneficios importantes (en 2001 las cuatro mayores ganaron más de 400.000 millones de pesetas) y la obligación de invertir para garantizar un suministro de calidad.

En la misma línea, el presidente de la Comisión Nacional de la Energía, Pedro Meroño, y Folgado desvincularon las tarifas de las inversiones necesarias. Meroño dijo que "la subida de tarifas no arreglará un problema [el del sector eléctrico], complejo y que se deriva de que las inversiones realizadas no han sido suficientes".

Acerca de las inversiones realizadas, Rato destacó que desde 1997, cuando se aprobó la Ley Eléctrica (base para la liberalización), las grandes compañías (Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico) "han puesto en marcha inversiones que rondan el billón de pesetas". Rato subrayó que hay un ritmo inversor "muy intenso", con 200.000 millones anuales gastados en distribución.

El PSOE exigió a Rato que explique por qué el "regalo" a las empresas de los costes de transición a la competencia (1,6 billones en diez años) no garantiza mejores servicios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de diciembre de 2001