"Si necesitas remontar un partido, no puedes quitar a un delantero para poner otro", se lamentó Roy Makaay, muy enfadado ayer con su entrenador, Javier Irureta. El punta holandés del Deportivo fue sustituido por Tristán cuando quedaba media hora para el final y el Madrid se imponía por 2-1. Junto con Djalminha, Makaay compartió el sentimiento de enfado e impotencia. Ambos consideraron que Irureta fue excesivamente conservador.
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Con el cambio de Makaay, Irureta mantuvo el esquema táctico inicial, de 4-5-1, que le permitía contrarrestar defensivamente el despliegue atacante madridista en el centro del campo. El entrenador se reafirmó en su convicción cuando le preguntaron por el posible error de jugar con un punta en el Bernabéu. "No creo que fuera mejor poner dos delanteros porque habríamos perdido el control del balón, como ocurrió en los últimos minutos [Irureta dio entrada a Pandiani para que jugara junto a Tristán en la punta]", dijo.
Djalminha, que jugó a disgusto los últimos 30 minutos, advirtió cierto apocamiento en el plan y el ánimo de su equipo: "Nosotros tenemos que intentar jugar porque si nos quedamos mirando, los del Madrid son grandes jugadores y pueden hacer cosas muy bonitas. Tenemos que intentar atacar más porque un Madrid jugando en su casa va a crear cinco o diez oportunidades de gol. Es inevitable. Pero si además juegan sueltos y tranquilos, les resulta más fácil. Nosotros tenemos que considerarnos grandes jugadores también, y atacarlos. Creo que podríamos ser más ofensivos, por esquema y por actitud también".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de enero de 2002