Tanto el presidente del Gobierno español, José María Aznar como el ministro de Economía, Rodrigo Rato, han hablado con sus homólogos, Eduardo Duhalde y Jorge Remes Lenicov, para interesarse por las nuevas medidas y mostrar su preocupación por la forma en que éstas puedan afectar a las empresas españolas. Según reconoció una fuente del ministerio argentino de Economía citada por Clarín, la conversación entre Aznar y Duhalde fue tensa.
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Antes de esta conversación, las gestiones iniciales las realizó uno de los cargos de máxima confianza de Aznar, Pedro Arriola, que el pasado viernes llamó para defender los intereses de las empresas españolas.Una fuente cercana al Gobierno argentino admitió que "llamó Pedro Arriola para hacer saber de la preocupación que había en España por las informaciones que tenían allí, que seguramente serían de fuentes empresarias, y en nombre de la amistad entre ambos y de los intereses comunes creía oportuno que Aznar y Duhalde tuvieran una conversación informal, que, según creo, se produjo al día siguiente".
"Arriola dijo que ellos no dudan de que las empresas españolas están en el país para quedarse, se sienten integradas y confían en desarrollarse aquí, pero consideraban que las medidas podían afectar en el futuro a los planes de inversión previstos y tendrían alguna consecuencia que podría repercutir en España".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de enero de 2002