Un bello mosaico (en la foto durante su excavación) es uno de los restos más espectaculares que ha sacado a la luz la labor arqueológica en el yacimiento romano hallado en Barcelona, en las confluencias de las calles del Call y Sant Honorat. Una escultura de un niño del siglo I o II, un altar doméstico y el mencionado mosaico polícromo son las piezas desenterradas en lo que parece ser la estructura de un edificio privado y no construcciones públicas como cabría esperarse de la zona (que corresponde a la entrada del foro romano). También se han hallado monedas y cerámica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de enero de 2002