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OPINIÓN DEL LECTOR

Privatización y gestión pública

Protestamos en la calle, pero pagamos en los domicilios. Los dispensadores de butano seguro que han tenido tantas quejas como botellas de butano repartidas.

Es que, realmente, es una vergüenza, 120 pesetas de subida por la botella del butano, así, de repente, por las buenas. Y eso en algo tan fundamental y necesario, más en esta época de frío invierno.

Se empeñan en convencernos de que estamos todos muy bien, cada vez mejor. Puede que algún día se nos quede la sonrisa congelada del frío con unas subidas de precio que, encuentro, son escandalosas.

¿Qué te queda? El 'paga y calla'. Las grandes empresas, cada vez más potentes y, por qué no decirlo, descaradas. Y nuestros queridos representantes del Gobierno apoyando con el mismo descaro la privatización de bienes comunes, otorgándolos al mejor postor y que, por supuesto, más nos limpie los bolsillos a los ciudadanos...

El sufrido contribuyente a pagar y... 'calladitos, que estáis más guapos'. Por no volver a recordar el desafiante desprecio a la voluntad del pueblo que ha emitido miles de firmas para que no privaticen bienes tan elementales como autobuses, aguas, etcétera... Señores gestores de la peseta del ciudadano; cuando provocan o toleran que al ciudadano se le pise hasta ciertos límites, el ciudadano se espabila y puede ser que los manden donde tenían que estar, ganándose el chusco como todo bicho viviente con el sudor y una no leve inseguridad del mañana.

Que yo sepa la tierra gira y, a veces, las cosas se vuelven del revés. Bien reciente tenemos que mayorías absolutas se han ido a ocupar otro plano del que disfrutaban cuando se hicieron auténticos propietarios de lo nuestro, cometiendo auténticos atropellos.

Ya que cobran buenos sueldos, gánenselos, ocupándose de lo que deben: administrar con decencia los bienes que no son suyos, sino de todos. No se hagan los tontos que el ciudadano no es tonto.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de enero de 2002