La consultora Arthur Andersen, una de las cinco más grandes del mundo, anunció ayer el despido del principal auditor de Enron, David Duncan, que se esmeraba más en la destrucción de documentos que en la revisión de las cuentas.
La decisión se toma después de conocerse que la firma auditora ordenó la destrucción de documentos en lo que puede convertirse en un delito de obstrucción a la justicia. Hay otros cuatro auditores en baja forzosa mientras se lleva a cabo una investigación interna.
Andersen reconoció en un comunicado que el auditor despedido había pedido a sus empleados que destruyesen documentos contables durante una reunión de urgencia que tuvo lugar el 23 de octubre. En esta fecha, Duncan, director de la oficina de Houston (Tejas), ya sabía que Enron estaba siendo investigada por la SEC (Securities and Exchange Commission) a causa de problemas en su contabilidad y que le estaba solicitando documentos a la empresa auditora. Según la consultora, que se ha visto arrastrada al centro del escándalo, nadie autorizó a Duncan para actuar de esta forma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de enero de 2002