El Social Antzoki de Basauri acogerá hoy el estreno de Kontenedore baten istoriak, 23ª producción de Maskarada. La compañía teatral bilbaína, en activo desde 1980, pondrá en escena un texto dramático escrito por Patxo Telleria. Se trata de una parodia sobre la estupidez del comportamiento humano que cuenta con el propio autor como actor y director.
'No nos gusta recalcar mucho lo de la estupidez, porque luego la gente dice, 'huy, qué serios se han puesto estos', y de serios, nada Es un poco gamberro, pero la motivación sí era esa, hablar de la estupidez o de comportamientos estúpidos en esta sociedad', reconoce el actor Mikel Martínez refiriéndose a la intención de un montaje cuyo estreno en castellano deberá esperar aún unos meses.
En cuanto a las diferencias de esta nueva creación respecto a las producciones anteriores de Maskarada, Mikel Martínez resalta la existencia de un hilo argumental bien definido. 'Con anterioridad hemos hecho obras en las que usábamos un humor que nos gusta mucho, vamos a llamarle estilo hermanos Marx o Tip y Coll. Un humor un poco absurdo, paródico, irónico. Pero siempre eran una colección de sketches en la que los actores no encarnaban un personaje concreto. En Kontenedore baten istorioak también hay ese tipo de humor, y esos sketches, pero no desde los mismos actores, sino desde unos personajes que se van dibujando y con los que va ocurriendo algo a lo largo de la obra', explica el actor, que forma parte de la compañía vizcaína desde 1981.
Su veteranía le permite repasar la evolución que ha experimentado el grupo desde sus orígenes. 'Las cosas han cambiado. Ahora hay atrezzistas, encargados de gestión, de contratación, del vestuario... Se ha producido esa atomización del trabajo, con lo que se descarga a los actores, mientras que antes éramos un poco como una comuna'. 'Nos hemos profesionalizado y nos hemos convertido en una empresa que busca una rentabilidad, en una pyme', bromea el actor. Su interpretación en la nueva obra ha sido supervisada por Jokin Oregi y Aitor Mazo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de enero de 2002