Hilda González, esposa del presidente Eduardo Duhalde y ministra interina por 60 días de Desarrollo Social y Medio Ambiente, consiguió ayer los recursos para no demorar más la ayuda a millones de hambrientos al declarar el estado de Emergencia Alimentaria Nacional. Este decreto le permite reasignar partidas presupuestarias y disponer inmediatamente de 350 millones de dólares (393 millones de euros) para "la atención prioritaria de las necesidades básicas de la población de alta vulnerabilidad y en riesgo de subsistencia".
Chiche Duhalde, como la llaman, no extenderá a todo el país la red de voluntarias conocidas como manzaneras que tejió en las villas miseria del gran Buenos Aires y que siguen todavía repartiendo leche y alimentos allí donde no llega ninguna otra ayuda.
Ahora, un 40% de los fondos del Programa de Emergencia Alimentaria se repartirán entre las provincias de acuerdo con los índices de desocupación, de mortalidad infantil y de desnutrición, y el 60% de acuerdo con los porcentajes que establece la Ley de Coparticipación de Impuestos. Las bolsas de alimentos se harán llegar a los sitios donde se teme que se produzcan nuevos saqueos y donde los alcaldes adviertan sobre la posibilidad de estallidos sociales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de enero de 2002