El Gobierno vasco está dispuesto a firmar el nuevo Concierto Económico, desvinculándolo totalmente de la negociación sobre la pretendida presencia de Euskadi en Europa, si el Ejecutivo central acepta simplemente abrir un diálogo sobre esta última cuestión, incluso sumando a ese debate al resto de las comunidades autónomas. "No vamos a prejuzgar fórmulas, ni plazos, ni foros para la discusión", señalan fuentes cercanas al lehendakari, Juan José Ibarretxe. Este nuevo movimiento emplaza al Gobierno central, que en las Navidades pasadas rompió las negociaciones para la renovación del Concierto al rechazar las exigencias vascas sobre la presencia autonómica en la UE, a dar una nueva respuesta.
MÁS INFORMACIÓN
- El presidente rechaza las demandas de más participación de regiones en la UE
- La participación de Euskadi en la Unión Europea
- El Gobierno vasco propone discutir más adelante sobre la UE y Montoro lo rechaza
- Hacienda firmará el Concierto si Ibarretxe aplaza por escrito la petición sobre la UE
- Participe:: Envíe una carta sobre este tema
El nuevo movimiento del Ejecutivo vasco busca sacar el Concierto Económico de la parálisis negociadora en que se sumió tras el fracaso de finales de 2001, unas conversaciones que estuvieron jalonadas de acusaciones mutuas y de llamamientos públicos y privados a retomar los contactos, aunque sin visos de desbloqueo.
El Gobierno vasco, aseguran las fuentes de la presidencia vasca consultadas, aceptaría ahora no prejuzgar la fórmula, ni fijar plazos, ni restringir a un foro concreto el diálogo que pide sobre la participación de Euskadi en órganos de la UE, e incluso asumiría que el debate incluyese a todas las comunidades autónomas. Las mismas fuentes aseguran que al Gobierno central "le consta" esta disposición. La vicelehendakari, Idoia Zenerruzabeitia, envió el pasado martes una carta al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuyo contenido no quiso revelar, si bien otras fuentes aseguran que esta misiva no incorpora novedades de fondo.
En la práctica, esta apertura implica profundizar en la renuncia a incluir en el Concierto cualquier alusión al tema europeo, materializada ya en la propuesta de Zenarruzabeitia del 30 de diciembre, que aceptaba "EXCLUIR [sic] del texto legal cualquier referencia a esta cuestión". Esa propuesta, sin embargo, incluía un texto concreto sobre la participación en la UE para debatirlo en la Comisión Mixta de Cupo, del que ahora el lehendakari no haría cuestión.
Ibarretxe se muestra dispuesto incluso a dialogar en otros foros, como la Comisión bilateral Euskadi-Madrid para Asuntos Europeos -"que por algo y para algo existirá, aunque no se haya reunido desde que el PP obtuvo mayoría absoluta", ironizan los nacionalistas- y la Conferencia Sectorial, que reúne a todas las comunidades. Esto supone en la práctica la renuncia a hacer bandera de la "bilateralidad", aún en el convencimiento de que todo lo referido a asuntos fiscales terminará en la Comisión Mixta de Cupo, porque las otras comunidades, salvo Navarra, carecen de competencias y, por tanto, no se ven afectadas.
La carga de la prueba
El Gobierno vasco considera que con esta nueva propuesta ha removido todos los obstáculos aducidos por el Ejecutivo central y que ello debe permitir la firma del Concierto "si, tal y como ha venido asegurando Madrid, no hay problema en el resto de las materias". En otro caso, se argumenta, "la carga de la prueba" del desacuerdo quedaría volcada sobre el Gabinete de José María Aznar. "Veremos definitivamente si el problema era el tema europeo o había otros además, o incluso si todo obedece a una posición previa del Gobierno de realizar un 'ejercicio de autoridad con los vascos', e impedir cualquier avance, para abonar el terreno a ese mensaje del PP de que las elecciones no sirvieron para nada y nada ha cambiado aquí".
El Ejecutivo vasco está sometido a muchas presiones para que firme el nuevo Concierto, incluidas las de los dos diputados generales, nacionalistas, de Vizcaya y Guipúzcoa y de algún relevante miembro del propio Gabinete de Vitoria. Por eso necesita despojarse de toda apariencia de culpa si el acuerdo sigue sin producirse. Además, el Parlamento le negó el jueves pasado su aval a la posición mantenida durante el proceso negociador.
La Moncloa, hoy por hoy, se mantiene firme en su negativa a conceder a las comunidades mayor presencia en la UE. No obstante, en el reciente congreso del PP la delegación gallega, liderada por Manuel Fraga, defendió que las autonomías pudieran estar incluidas en la delegación gubernamental cuando en Bruselas se tratasen temas que les afectasen directamente.
Y la delegación valenciana, presidida por Eduardo Zaplana, reivindicó más poder para las autonomías en el Comité de las Regiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de febrero de 2002