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LA CRISIS EN EL SCH LLEGA A SU FIN

Botín completa su control del SCH con el relevo de la cúpula

Sáenz ocupa el puesto de Corcóstegui y Ana Patricia Botín preside Banesto

Emilio Botín, presidente del Santander Central Hispano (SCH), sustituyó ayer a Ángel Corcóstegui, vicepresidente y consejero delegado, por Alfredo Sáenz, que ocupaba la presidencia de Banesto. En lugar de éste ha colocado a su hija Ana Patricia, a la vez que ha reforzado los poderes de Francisco Luzón en América Latina. Asimismo, su hermano Jaime asciende a la vicepresidencia primera. El presidente de la primera entidad financiera cierra así una crisis de poder que ha durado nueve meses y que supuso la salida anticipada del copresidente José María Amusátegui, al igual que Corcóstegui procedente del antiguo BCH.

El Santander Central Hispano (SCH) es, desde ayer, más Santander que nunca. Emilio Botín, presidente del banco, nombró a Alfredo Sáenz consejero delegado de la entidad en sustitución de Ángel Corcóstegui. Al tiempo, coloca a su hija Ana Patricia como presidenta de Banesto, cargo que ocupaba Sáenz, y eleva a Francisco Luzón a la comisión ejecutiva con responsabilidad sobre Latinoamérica. Asimismo, su hermano Jaime (presidente de Bankinter) pasa a ocupar la vicepresidencia primera que antes ostentaba el consejero delegado. Éste ahora ocupará la vicepresidencia segunda.

Botín marca claramente las funciones ejecutivas con cuatro patas bien trazadas: Sáenz se encargará del negocio en España y Europa; Luzón refuerza su responsabilidad en Latinoamérica y dependerá directamente del presidente del grupo; Ana Patricia Botín se queda con Banesto y Matías Rodríguez Inciarte continuará con la gestión de riesgos que ya tenía como vicepresidente tercero.

Línea sucesoria

Con esta decisión, Botín culmina la fusión tras la crisis de poder que le enfrentó con los antiguos responsables del BCH. Pero, además, marca claramente la línea sucesoria de la entidad. Primero perfila a su hermano, Jaime Botín, como segundo al asumir la vicepresidencia primera, aunque haya salido de la comisión ejecutiva (Jaime Botín ya figuraba como sucesor directo en los pactos de fusión si fallecía Emilio). Y, segundo, recupera a su hija para la línea ejecutiva. La primogénita de Botín abandonó sus cargos en el Santander Central Hispano el 22 de febrero de 1999, hace justamente tres años, por exigencias del copresidente José María Amusátegui y de Ángel Corcóstegui, que no encajaron que se la contemplase como la sucesora. La iniciativa fue entendida como un "sacrificio" pedido por su padre para evitar un enfrentamiento con Corcóstegui. De los seis puestos clave en la estructura de poder del Santander Central Hispano, tres están ocupados por la familia Botín, que, además, sienta a Emilio Botín O'Shea (segundo hijo de Botín) en el consejo. Nunca ha estado tan claro el mapa del poder en la entidad cántabra.

La marcha de Ángel Corcóstegui se empezó a fraguar tras la junta del banco el sábado. Entonces, Corcóstegui le comunicó a Botín su intención de dejar la entidad aduciendo que era "el mejor momento" al comienzo del ejercicio y no tener que esperar a que se produjera meses más tarde. Las conversaciones continuaron el domingo por la tarde y el lunes por la mañana. Ayer, el banco comunicó que el abandono se produce "por razones personales". No obstante, desde hace meses se daba por hecha la marcha del consejero delegado de la entidad tras quebrarse la confianza con el presidente por la crisis del poder. No obstante, Botín ha alabado repetidamente la función de Corcóstegui en los últimos días (ante la prensa, en la Convención de Directivos y en la junta del sábado). Además, durante la crisis del último año, Botín ratificó en dos ocasiones en el cargo a Corcóstegui, que se convirtió finalmente en el único representante del BCH que quedaba en la primera línea de mando tras la marcha de Amusátegui en agosto.

La crisis de poder en el SCH se inició con la destitución de Luis Abril, responsable de Comunicación, en junio pasado. Para entonces, el enfrentamiento de Amusátegui y Botín por la manera en la que éste ejercía el poder ejecutivo en el banco era un clamor. En julio, Amusátegui intentó, tras amenazar con acciones legales, que mediara el Gobierno y el Banco de España. No lo consiguió y dimitió el 15 de agosto. A ese capítulo le siguió la salida de cuatro consejeros procedentes del BCH en enero pasado y, finalmente, la marcha de Corcóstegui.

A pesar de la tensión vivida, el comunicado de ayer del consejo recogía el expreso "agradecimiento y reconocimiento a la brillante labor" realizada por Corcóstegui, "que ha sido clave para el éxito de la fusión". En el consejo, que fue breve, intervinieron Alberto Salazar-Simpson, Manuel Soto y Jaime Botín, además del presidente. A su vez, el ex consejero delegado -ha abandonado también la vicepresidencia de Cepsa- agradeció el apoyo del presidente, la comisión directiva y los empleados.

La salida de Corcóstegui del banco, no por esperada ha dejado de sorprender al mercado por su inmediatez. Se ha producido sólo unos días después de la Convención de Directivos y de la junta de accionistas, en la que el consejero delegado explicó las cuentas y sentó los 10 puntos para la gestión. Algunas fuentes criticaron la salida de Corcóstegui "horas después de una junta en la que se ha entregado una memoria que ya está anticuada porque contiene una carta y una fotografía de Corcóstegui con Botín". Según estas fuentes, Botín habría preferido que la marcha de Corcóstegui se produjera en agosto, junto a Amusátegui, o pasados unos meses de la junta. Sin embargo, para Corcóstegui la actual situación suponía un enorme desgaste personal y ha preferido acabar con él una vez cerrado el ejercicio 2001.

Comisión directiva

Botín aprovechará para aumentar el poder de la comisión ejecutiva, algo que venía haciendo desde septiembre. Este órgano será el núcleo duro del banco, ya que agrupará a los tres máximos directivos del negocio (Sáenz, Ana Patricia y Luzón), así como ejecutivos de confianza, como Matías Rodríguez Inciarte, Rodrigo Echenique, Fernando de Asúa y Antonio Escámez. Asúa y Escámez son, junto a Salazar-Simpson, Antonio Basagoiti y José Manuel Arburúa, los únicos consejeros que quedan del BCH (cinco de 18). El diseño intenta evitar roces entre los ejecutivos, ya que todos dependerán de Botín.

La otra consecuencia de este organigrama es que prácticamente acaba con la comisión directiva. Botín no vio con buenos ojos que Corcóstegui, en junio pasado, situara a 17 miembros en ella porque lo considera ineficiente. Ahora, Sáenz tiene en sus manos la remodelación, pero se se da por hecho que se reducirá a unos pocos ejecutivos. En esa comisión permanencen Baldomero Falcones, Joan David Grimá, Fernando Gumucio, José Luis del Valle, Ignacio Benjumea y Julián Martínez Simancas del BCH.

Tres de los grandes en manos de una familia

Tres de los cinco primeros bancos españoles por activos, sin consolidar sus cuentas, tienen al frente de sus consejos de administración a un miembro de la familia Botín. El SCH, Bankinter y ahora Banesto, están bajo su control, una situación única en la historia de la banca en España y toda una guinda para la saga familiar cántabra, que posee cerca del 5% del SCH. El Santander Central Hispano -uno de los cambios que se esperan es que acabe llamándose Santander- es el principal grupo bancario español, integrando Banesto, aunque por separado es superado por el BBVA. Banesto ocuparía la tercera posición por delante del Popular. Ana Patricia Botín, presidirá esta entidad que tuvo unos beneficios 421,7 millones de euros (70.168 millones de pesetas) en el 2001, un 11,1% más que en el 2000. Banesto se ha convertido en el gran reto de Ana Patricia. Supone su incursión en el negocio de la banca comercial. La nueva presidenta confirmó ayer en los puestos al equipo ejecutivo, capitaneado por Francisco Gómez Roldán, consejero delegado, y mantendrá las líneas de negocio establecidas por su antecesor. Por último, Bankinter, el banco que preside Jaime Botín, ocupa el quinto lugar por activos. Esta entidad, en la que la familia Botín controla en torno al 20% del capital, no tiene ninguna relación accionarial con el grupo SCH a pesar de esa paternidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de febrero de 2002

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