El Ejército de Israel continuó actuando ayer en el sur de Gaza, donde los tanques dispararon sobre el campo de refugiados de Jan Yunes, provocando seis heridos, entre ellos dos niños. El Ejército decidió en esta misma zona colocar bajo el toque de queda a dos pequeños poblados en los que se habían registrado incidentes por la mañana.
En el frente político, responsables de seguridad israelíes y palestinos reanudaron ayer, bajo los auspicios de la CIA y en la residencia del embajador de Estados Unidos en Tel Aviv, las reuniones para coordinar aspectos policiales y tratar de afianzar la tregua pactada el domingo, que en principio finalizará el sábado por la noche.
Las reuniones de seguridad habían quedado canceladas, el 21 de febrero, por indicación personal del presidente Yasir Arafat, como protesta por la decisión del Gobierno de Israel de mantenerlo en su confinamiento de Ramala. Sin embargo, el presidente palestino, a instancias del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, decidió levantar el veto y permitir que sus hombres acudieran ayer noche a la cumbre de Tel Aviv.
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Mientras, ayer falleció una mujer policía israelí, que el pasado lunes había sido herida de bala en un atentado perpetrado por un comando suicida palestino que disparó sobre una parada de autobús en un asentamiento de Jerusalén, ocasionando seis heridos. El autor del atentado fue abatido en el mismo lugar de los hechos.
El establecimiento y cumplimiento aparente de la tregua permitió anoche que Israel celebrara la fiesta del Purim o carnaval judío. Las celebraciones se llevaron a cabo en medio de grandes medidas de seguridad, especialmente en Jerusalén, que desde hace una semana se encuentran en estado de máxima alerta. Algunas poblaciones israelíes del centro, han decidido suspender estas celebraciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de febrero de 2002