'Yo no hago el terrorismo, pero es el terrorismo el que me obliga a renunciar', dijo ayer el general Gustavo Porras, jefe militar del departamento colombiano del Caquetá y uno de los cinco oficiales que han dimitido tras reconocer el fracaso de sus tropas para controlar la ofensiva de las FARC en esa región.
El incidente que desató las dimisiones se produjo en la madrugada del pasado jueves, cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia volaron, en las narices del Ejército, el puente sobre el río Guayas, uno de los más grandes en el camino que une a San Vicente del Caguán con Florencia, la capital del Caquetá.
'Es la decisión soberana de un oficial responsable al que no le salieron las cosas', agregó Porras.
Otro de los que asumió su responsabilidad por este fracaso fue el teniente coronel Ramón Vázquez, comandante del Batallón Cazadores ubicado a tres kilómetros del casco urbano de San Vicente. El martes pasado, Vázquez había garantizado a varios medios -entre ellos EL PAÍS- que la fuerza pública retomaría el control de esta vía bloqueada desde hace una semana por las FARC.
Desde que se suspendió la zona de despeje, las FARC han decidido quién pasa o no por la carretera a Florencia, la misma en la que secuestraron hace ocho días a la candidata presidencial Ingrid Betancourt.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de marzo de 2002