José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general de los socialistas, presidió ayer en Zaragoza el acto central de su partido con motivo del Día Internacional de las Mujeres. En su intervención, Zapatero criticó a Aznar, a quien acusó de gobernar desde la soberbia y de dejar pasar la oportunidad de liderar realmente, en estos momentos de presidencia europea, los valores sociales del continente.
"No podemos sentirnos satisfechos mientras Europa no abra el debate de la igualdad entre pobres y ricos y mientras no sea la potencia que haga un llamamiento al mundo para decir que hay un 40% de la población que carece de todo", dijo el líder socialista.
Para Zapatero es tiempo de hacer ese llamamiento para que esos valores se extiendan y Europa los lidere, sobre todo aprovechando la cumbre de Barcelona: "La verdad es que podríamos estar oyendo a Aznar hablando de Europa, porque durante seis meses estamos en la presidencia, por si no lo recordáis, y no se puede estar mirando para otro lado mientras se matan en Oriente Próximo. Y mientras esto sucede, mientras en Europa la izquierda promueve debates sobre la solidaridad social, este Gobierno ¿qué hace? Perseguir a Felipe González por Marruecos y especializarse en infecciones víricas, porque anda preocupado por mi gripe". Según Zapatero, eso es muestra de la incompetencia del Ejecutivo y de su escasa responsabilidad. También aseguró que el Gobierno del PP ni cohesiona España, ni une a los españoles. Y definió cuál es su estilo de marca: la descalificación y el desprecio. "Sólo saben hacer política dividiendo, cizañando, hiriendo y confrontando".
Zapatero aseguró que el PSOE nunca hará eso. Para el líder socialista, el PP falta al respeto a todo el mundo, "a la juventud, a los medios privados de comunicación social, a los rectores", y aseguró que el ataque de soberbia del PP desde que gobierna "es porque tienen mayoría absoluta".
Rodríguez Zapatero añadió que ni va a cambiar su tono, ni su meta. "Nosotros respetaremos al adversario, uniremos a territorios y comunidades, lucharemos por la igualdad en el mundo y no sólo nos preocuparemos de mantener el poder, que es lo que hace el Gobierno, riéndose de todos y de todo, que es lo que hacen ahora".
El líder socialista apoyó a Marcelino Iglesias; quiso confirmar el liderazgo del presidente de la comunidad autónoma y secretario general de los socialistas aragoneses asegurando, antes de su mitin, que contaba con todo su respaldo, y vaticinó que en las próximas elecciones iba a ganar "por goleada" en la comunidad.
Sin embargo, no respondió a la pregunta sobre las fricciones desatadas en el PSOE cuando José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, habló en nombre de los europarlamentarios socialistas anunciando que se iban a abstener en Europa en una enmienda contra el PHN. Su postura había llevado a Iglesias a anunciar que dejaría la formación si el PSOE no seguía apoyándole en su oposición al trasvase del Ebro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de marzo de 2002