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VIOLENCIA EN ORIENTE PRÓXIMO

El Ejército israelí concentra en una colonia judía a 600 refugiados palestinos

Europa y EE UU presentan hoy a Sharon una propuesta de alto el fuego inmediata

Más de 600 refugiados palestinos de los campos de Tulkarem y Nur al Shams, al norte de Cisjordania, habían sido capturados por el Ejército israelí y concentrados en un asentamiento judío del norte de Ramala, convertido desde ayer en un centro de selección y clasificación. La situación de los detenidos preocupa a las organizaciones humanitarias, mientras Europa y EE UU ultiman los detalles de una propuesta inmediata de alto el fuego, que incluye el fin de las operaciones de limpieza de los campos de refugiados y el retorno a la mesa de negociaciones.

"Éste es el último llamamiento, todos los varones de edades comprendidas entre los 14 y los 40 años deben acudir a la escuela", anunciaban ayer por la tarde los altavoces de los dos campos de refugiados de Tulkarem, donde viven oficialmente más de 22.000 personas, y que están considerados por el Ejército israelí como uno de los "nidos de terroristas más recalcitrantes y agresivos". Los soldados no se retiraron de Tulkarem hasta la madrugada de hoy.

La orden de los altavoces, reiterada de manera periódica desde que hace cuatro días se iniciara la operación, ha venido siendo cumplida con escrupulosidad por la mayoría de los hombres, incluidos unos setenta miembros de las fuerzas de seguridad palestinas. Todos confluyeron en la escuela de la UNRWA (Socorro de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos), la más importante del campo. Desarmados, con las manos en alto, por encima de la cabeza, los hombres continuaban ayer por la noche entregándose al enemigo, los soldados de la Brigada Golani, según aseguraban por teléfono los vecinos.

La escuela de la ONU en el campo de refugiados de Tulkarem es el punto de partida de un viaje hacia lo desconocido: el asentamiento de Ofra, a las puertas de Ramala, al sur de Cisjordania, convertido desde ayer en un centro de selección y de clasificación. Un buen número de prisioneros ha sido trasladado ya a las cárceles israelíes, contraviniendo así la IV Convención de Ginebra, que establece que "las personas protegidas inculpadas quedarán detenidas en el país ocupado", aseguran activistas de los derechos humanos.

"Pero lo peor es que no se les ha dado ningún alimento. La mayoría de ellos carecen de mantas y nadie les ha podido dar protección legal", aseguraba por teléfono a la prensa internacional el gobernador de Tulkarem, Ezzedine Sharif, mientras fuera, en los límites de su municipio, más alla del cerco establecido por los tanques, junto a la línea verde, se concentraban las organizaciones humanitarias israelíes pidiendo el fin de la razzia. Ni siquiera los periodistas han podido entrar.

Aunque nadie conoce con exactitud la situación de los campamentos, responsables municipales y sanitarios de Tulkarem,aseguraban que la situación de los recintos, como el resto de la ciudad, es "catastrófica". Desde hace cuatro días no hay agua, tampoco suministro de electricidad, y los alimentos y los medicamentos empiezan a escasear, incluso en los hospitales. Pero lo que es más grave, el Ejército ha prohibido la circulación de las ambulancias por si transportan municiones y activistas.

Tras largas negociaciones, sólo se ha logrado establecer un servicio de recogida de heridos y muertos por una ambulancia de la Cruz Roja, tres veces al día, ha explicado un portavoz del hospital Gubernamental. Los primeros resultados oficiosos de la ofensiva sobre Tulkarem son sobrecogedores: más de 20 palestinos muertos y un centenar de heridos. "No podemos salir de las casas. La ciudad está bajo el toque de queda. Ya casi no tenemos nada para comer", aseguraba ayer la doctora Siham Thabet, esposa del pacifista Thabet Thabet, miembro de la OLP y dirigente de Al Fatah asesinado el 31 de diciembre de 2000 por los disparos de un francotirador israelí. La doctora Thabet, madre de tres hijos, dentista de profesión, como su marido, no parecía lamentarse excesivamente. "Lo peor es lo que está pasando en los campos de refugiados".

Ayer por la noche los tanques israelíes iniciaron una operación de limpieza idéntica en los campamentos de Deheisha y Aida (un total de 15.000 personas), en el término municipal de Belén. Mientras, representantes de EE UU y de la UE perfilaban los detalles de una propuesta conjunta de alto el fuego, que hoy por la mañana será presentada al primer ministro israelí, Ariel Sharon, en Tel Aviv.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores de Holanda aseguraba que esta propuesta plantea el fin de las operaciones de las fuerzas israelíes en los campos de refugiados y de la ofensiva en general, para reclamar a continuación la apertura inmediata de negociaciones. Ésta es la primera vez que estadounidenses y europeos plantean un plan conjunto para lograr un alto el fuego.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de marzo de 2002