Representantes de Estados Unidos negaron ayer tajantemente que Washington hubiera presionado al Gobierno mexicano para que el presidente cubano, Fidel Castro, abandonara Monterrey antes de la llegada de George W. Bush a la cumbre. "los mexicanos dijeron que [Castro] venía y se marchaba", dijeron los representantes.
A su vez, y en medio del cruce de acusaciones, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, Ricardo Alarcón, acusó ayer al canciller mexicano, Jorge Castañeda, de no decir la verdad cuando negó que EE UU hubiera presionado para conseguir que Fidel Castro no asistiera a Monterrey o la abandonara. Castro dejó la cumbre después de pronunciar un discurso de cinco minutos en el que dijo que regresaba a La Habana porque su presencia en el foro había creado "una situación especial". El presidente del parlamento cubano opinó que "si (Bush) tiene problemas para respirar el mismo aire (que Castro), que vea a su psiquiatra" y añadió que "siento que (por parte mexicana) no haya habido la suficiente para resistir una presión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de marzo de 2002