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Encarcelada otra pariente de la niña de siete años asesinada en Almería

Engracia Santiago, tía abuela de Montserrat Fajardo Cortés, la niña de siete años cuyo cadáver se encontró en la madrugada del día 18 dentro de una caja de cartón en el barrio almeriense de Piedras Redondas, ingresó ayer en la prisión provincial de El Acebuche tras presta declaración durante toda la mañana en el juzgado de instrucción número 2 de Almería.

El ingreso de esta mujer en la cárcel se produce sólo tres días después de que fuese encarcelada Juana Santiago, también tía de la niña y esposa de Antonio Santiago Torres, hallado ahorcado un día después de que apareciera el cadáver de la pequeña.

De hecho fue la segunda declaración realizada por Juana Santiago ante los responsables de la investigación del caso la que provocó el arresto de Engracia Santiago, que fue trasladada a dependencias policiales el pasado viernes. Con el ingreso en prisión de Engracia Santiago ya son dos las mujeres -ambas familiares de la pequeña Montserrat Fajardo- que están en la cárcel como presuntas implicadas en la muerte de la niña.

Pero ellas dos no son las únicas personas consideradas responsables del asesinato de Montserrat Fajardo. Los primeros datos de la investigación apuntan a que Antonio Santiago Torres, esposo de Juana Santiago y tío de la pequeña, estuvo también relacionado con la muerte de la niña. El hombre fue hallado ahorcado en un descampado próximo al barrio de Piedras Redondas. La autopsia reveló que se había suicidado.

El subdelegado del Gobierno en Almería, Fernando Hermoso, confirmó que Engracia Santiago ingresó ayer en El Acebuche. Sin embargo, no precisó los cargos que se le imputan a esta tercera persona implicada en el crimen.

Tampoco aclaró Hermoso si ambas mujeres serán trasladadas a otra prisión para evitar posibles incidentes en la cárcel provincial. "Se han tomado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de estas dos mujeres en la cárcel provincial", se limitó a decir. El caso del asesinato de Montserrat Fajardo sigue bajo secreto de sumario y la policía mantiene abierta la investigación.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de marzo de 2002