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Dos muertos y 91 heridos en un choque de trenes en Tarragona

Un Euromed procedente de Alicante colisionó con un expreso regional

Dos muertos y 91 heridos, nueve de ellos de gravedad, es el resultado del accidente ferroviario que ocurrió ayer cuando pasaban 10 minutos de las ocho de la noche en la localidad tarraconense de Torredembarra. Un tren Euromed, que cubría el trayecto Alicante-Barcelona, chocó lateralmente con un Catalunya Express -convoy regional- que une Tortosa con Barcelona. Al parecer, el tren regional, que debía aguardar en una vía secundaria, se incorporó a la principal por la que circulaba el Euromed, que no para en esa estación. Ambos trenes transportaban a unos 600 viajeros.

El choque fue espectacular: "Bestial" e "increíble", según relató un testigo presencial. "Lo oímos desde casa", señalaba ayer una vecina que vive a 500 metros de la estación. Y no era para menos. El Euromed -que había salido de Alicante a las 16.20- y el tren regional -que partió de Tortosa a las 18. 50- formaron un amasijo de hierros, que llegó a convertirse en una cárcel para algunos de los viajeros.

Cuatro de los cinco vagones del tren Euromed, que alcanza una velocidad punta de 220 kilómetros por hora, derribaron la pared de un cámping vecino -Miramar-, sin que hubiera que lamentar desgracias personales entre los campistas. Torredembarra es una localidad costera que estos días cuenta con una gran afluencia de turistas.

Una veintena de dotaciones de los bomberos trabajaron en el rescate de las víctimas, que concluyó poco después de las nueve de la noche. Los heridos fueron trasladados a cuatro hospitales: Santa Tecla y Juan XXIII, ambos de Tarragona, Sant Joan, de Reus, y el hospital comarcal de Vilafranca del Penedès, todos en una área cercana. Los heridos leves fueron conducidos a una iglesia próxima al lugar de los hechos.

Los pasajeros de ambos convoyes coinciden en su relato de los hechos: una gran sacudida, un golpe hacia delante y "un traqueteo enorme", explicaron Víctor y Silvia, una pareja de Barcelona de 26 y 20 años, que regresaban a la capital catalana después de pasar un día en Salou. Los jóvenes añadieron que los vagones se llenaron de cristales y que en su caso tuvieron suerte porque viajaban en el lado derecho, que fue el contrario a la embestida del Euromed. La pareja y el resto de pasajeros tuvieron que romper las ventanillas de los vagones para poder salir. Los jóvenes añadieron que, dada la cantidad de gente mayor que había en los compartimentos, tuvieron que ayudarse entre ellos y retirar asientos para asistirles. Lo peor era que no se veía nada, pues era de noche y pasaban miedo por la falta de luz.

Josefa Insac, de unos 50 años, viajaba en el Euromed y volvía de vacaciones. Explicó que escuchó un golpe horrible y un fogonazo. Josefa pudo salir enseguida gracias a que, rápidamente, vecinos y personal de establecimientos cercanos se aplicaron en el rescate.

Los vecinos también se encargaron de atender a los viajeros. Repartieron agua, tila y bocadillos. Una de las vecinas, Isabel Granell, dijo que el choque iluminó toda la gran avenida por donde discurre el tren y que tras el golpe terrible salieron volando maletas de ambos convoyes, especialmente del Euromed. También volaron las piedras que soportan las traviesas, que salieron disparadas, produciendo graves daños a edificios situados a más de 50 metros de distancia.

Caos circulatorio

Tras el accidente se produjo un enorme caos circulatorio en las carreteras cercanas. Los Mossos d'Esquadra cortaron los accesos del sur desde la autopista A-7 a Torredembarra y habilitaron la N-340, en dirección a Tarragona, únicamente para los vehículos de emergencia.

Al lugar de los hechos acudieron el consejero de Sanidad del Gobierno catalán, Eduard Rius, el de Interior, Xavier Pomés, y el Conseller en Cap, Artur Mas. La Generalitat habilitó tres teléfonos de urgencia para atender a los familiares de los viajeros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de marzo de 2002