El triunfo del Manchester fue tan incuestionable que nadie en los vestuarios de Riazor puso en duda la justicia del resultado. La única nota discordante en la conducta deportiva del club coruñés la puso Diego Tristán con una entrada terrorífica a David Beckham cuando faltaban escasos minutos para concluir el partido. Hasta el siempre moderado Irureta reconoció que el árbitro le perdonó la expulsión al delantero sevillano, al que una vez más le traicionó el carácter. Su indiscutible calidad había escondido esta temporada las salidas de tono que el público coruñés ya le ha reprochado en más de una ocasión. Ayer avergonzó a su equipo con una entrada que pudo costarle muy cara a David Beckham. Por suerte parece que la lesión del jugador inglés no es demasiado grave, aunque no es segura su participación en los próximos partidos del Manchester.
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La entrada de Tristán es la típica muestra de desesperación del jugador que se ve superado en el terreno de juego y busca una burda venganza sobre el contrario. Beckham ya no tenía el balón en poder cuando Tristán llegó a la carrera y golpeó con saña el tobillo del jugador inglés con los dos pies por delante. El delantero del Deportivo tuvo algún pique con Beckham durante el partido y trato de arreglar cuentas de la peor manera. El centrocampista se retiró en camilla tapándose la cara con las manos y retorcido de dolor. El árbitro, en un grave error, no expulsó a Tristán.
En los vestuarios, el técnico británico, Alex Ferguson, no quiso hurgar en la herida y se limitó a comentar que no se esperaba esa entrada de un jugador como Tristán. Irureta fue más duro y, con rostro serio, reconoció que la entrada "no venía a cuento" y merecía la tarjeta roja. El entrenador del Deportivo se mostró escéptico sobre las posibilidades de remontar la eliminatoria en Old Trafford, aunque dejó una puerta abierta a la esperanza. "Tengo fe en que jugaremos mejor allí. Hoy sólo hemos hecho tiritos y a Barthez lo hemos convertido en campeón del mundo", indicó.
Alex Ferguson alabó el gran partido de sus jugadores pero mostró su preocupación por las lesiones de Keane (seis semanas de baja) y de Beckham, así como por la tarjeta que impedirá a Scholes jugar el partido de vuelta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de abril de 2002