Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

El dilema de Verón

¿Puede convertirse un gran jugador en un problema para su equipo? Aparentemente, no hay ninguna razón para que esto suceda, pero la extraña ley del fútbol convierte a veces lo imposible en habitual.

El caso es que Verón, el fichaje más caro del Manchester, no acaba de encajar en su esquema. El internacional argentino está siendo cuestionado por los aficionados y la prensa británica porque su presencia en el equipo coincide sospechosamente con sus peores partidos.

Este debate ya lo sufrió Zidane cuando llegó al Madrid, pero entonces era el principio de la temporada y la mejoría en el juego del francés acalló las voces. Otros, como Mendieta, en el Lazio, no han tenido tanta suerte.

El partido de ayer servirá para seguir alimentando el debate. El campeón inglés salió a Riazor con el mismo centro del campo que le llevó a ganar la Champions en el Camp Nou: Beckham, Keane, Butt y Scholes. Con esta medular, el Manchester deleitó con unos 20 minutos iniciales de lujo, en los que el Deportivo se quedó absolutamente mudo. El cuadro de Javier Irureta se vio sorprendido e impotente.

Sir Alex Ferguson cambió el esquema de su conjunto y situó a Giggs como segundo delantero mientras que Scholes volvía a la media, la posición que ocupaba antes de la llegada de Verón y en la que desarrolla su mejor juego.

Parece algo de locos, pero, con el infatigable Butt, el Manchester jugó ayer mucho mejor en Riazor de lo que lo hizo hace unos meses con Verón y dispuso del balón mucho mas tiempo.

Una lesión en el talón impidió al suramericano desplazarse y quizá hasta el imperturbable Ferguson respiró con alivio porque, en su última actuación en Old Trafford, fue sustituido entre los silbidos del público, algo inusual en Inglaterra, después de perder la pelota que costó la derrota.

Hasta Van Nistelrooy ha confesado que juega mejor con Giggs como segundo punta, ya que Scholes tiene tendencia a retrasarse y dejarle solo.

De todas formas, en el cambiante mundo del fútbol todo es posible y la lesión de Keane puede facilitar de nuevo a Verón, cuando se recupere, una oportunidad para demostrar su valía. De momento, los 1.500 aficionados ingleses que acudieron a Riazor festejaron el buen juego de su equipo.

Curiosamente, los temidos hooligans no han creado excesivos problemas en sus numerosas visitas a Galicia. Incluso ayer, antes del partido, confraternizaron con los aficionados del Depor e intercambiaron camisetas. Eso sí, siempre con unas grandes jarras de cerveza por el medio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de abril de 2002