El candidato a la presidencia de Colombia, Álvaro Uribe Velez, de 49 años, anunció ayer en Madrid las líneas maestras de su programa para las elecciones del próximo 26 de mayo en el que llama 'a recuperar la confianza de los colombianos'. 'Contra el conflicto armado y la inseguridad no caben ni la guerra, ni el diálogo claudicante', dijo en una conferencia en la Casa de América.
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Ante una audiencia de unas 500 personas, en su mayoría miembros de la comunidad colombiana de Madrid y entre ellos el embajador de Colombia, Álvaro Villegas, el candidato liberal, que lleva la delantera en todas las encuestas, comenzó la presentación de su programa describiendo un panorama desolador de Colombia en el que destacó los 34.000 homicidios del año pasado, los 3.700 secuestros (un 70% de los que se producen en el mundo), los 28 millones de pobres y una economía que calificó de 'pobre y de una gran inequidad distributiva'.
El programa de Uribe se basa en tres puntos: 'Orden público, manejo macroeconómico serio y reglas claras y transparentes para todos', según explicó en su conferencia titulada Una respuesta al terrorismo, que fue presentada por el periodista Plinio Apuleyo Mendoza. El candidato aseguró que 'contra el conflicto armado y la inseguridad ciudadana no caben ni la guerra, ni el diálogo claudicante'. 'La principal arma para luchar contra la guerrilla es la autoridad, pero no el guerrerismo', agregó Uribe, un candidato que el año pasado apenas superaba un 3% de intención de voto en las encuestas y que ahora está en una posición privilegiada para hacerse con la presidencia de Colombia. Su principal baza en este tiempo de campaña han sido sus éxitos en seguridad en la provincia de Antioquía.
'El Estado de derecho no hace la guerra, ejerce la autoridad contra los violentos', dijo Uribe que considera terrorismo por igual 'las acciones violentas contra el Estado, así como las acciones violentas del Estado para protegerse. Uribe criticó con dureza las negociaciones entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno del presidente conservador Andrés Pastrana, rotas el pasado mes de febrero. Unas conversaciones con la guerrilla deben basarse en dos puntos, 'cese de las hostilidades y presencia internacional', dijo Uribe. 'Cuando se parte del cese de las hostilidades puede haber después el desarme y desmovilización. Hay que ofrecer garantías a los violentos. Creo firmemente en la reinserción. Cuando la guerrilla quiera hacer política por medios no violentos, tiene que poder hacer política sin que los asesinen', afirmó en una oferta que resumió en el concepto de 'seguridad democrática'.
Uribe calificó el Plan Colombia -una ayuda internacional de unos 1.350 millones de euros para combatir el narcotráfico- de 'formidable', porque 'sin acabar con el narcotráfico no se podrá conseguir la seguridad'. Sin embargo, añadió que 'al Plan Colombia le hacen falta algunos puntos como un plan de interceptación áerea' y añadió el dato de que, desde Colombia, siguen saliendo cada día entre 20 y 30 avionetas con droga.
Acompañado por el ministro de Exteriores Josep Piqué, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, recibió ayer en el Palacio de la Moncloa a Uribe, que viajó acompañado por su candidato a la vicepresidente, el periodista Francisco Santos. Según Uribe, Aznar, presidente de turno de la UE, apuntó durante la comida que 'debe haber una gran armonía entre la cooperación con EE UU y la cooperación con Europa'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de abril de 2002