El presidente de EE UU, George Bush, se mostró ayer partidario de que los palestinos tengan "su propio y pacífico Estado" y aseguró que su país luchará para detener "las actividades terroristas" que obstaculizan el proceso de paz en Oriente Próximo.
Durante una recepción en Filadelfia, Bush aseguró que, según su visión de las cosas, "se debe permitir existir a Israel" y añadió que espera que los palestinos "tengan su propio y pacífico Estado, pero hay quienes quieren destruir esa visión, quienes quieren matar para estar seguros de que esa visión nunca llega a existir".
Las declaraciones de Bush se producían el mismo día en que la prensa de EE UU se preguntaba por la falta de acción de su Gobierno ante la crisis de Oriente Próximo. El presidente ha puesto en marcha una operación de relaciones públicas diseminando a sus colaboradores por los medios de comunicación. El secretario de Estado, Colin Powell, garantizó ayer que dedica buena parte de su tiempo a la crisis, "y el presidente también", matizó después. Los editoriales de los principales periódicos critican la ambigüedad y la apatía que caracterizan la actual política de Washington.
Los sectores más conservadores del Congreso consideran que es una incongruencia mantener a Arafat como interlocutor palestino y culparle al mismo tiempo de no hacer lo suficiente para frenar la ola de atentados suicidas. A las voces críticas se sumó ayer una de peso. La ex secretaria de Estado Madeleine Albright lamentó que Powell no esté ya en la región. "Odio criticar porque sé lo duro que es ese trabajo", dijo Albright, "pero Estados Unidos es indispensable para sentar a negociar a las partes. No es fácil, pero si no nos involucramos más seguirá la espiral de tragedia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de abril de 2002