"No hay una sola cámara en Yenín que pueda transmitir la matanza", se lamentaba ayer a EL PAÍS un responsable palestino originario de esa localidad del norte de Cisjordania. Yenín y Nablús sufrieron durante todo el día los ataques más intensos desde que se inició la Operación Muro Defensivo. A última hora, la tensión que viven las zonas palestinas reocupadas por Israel se agravó cuando, según fuentes palestinas, carros de combate israelíes dispararon contra el edificio en el que Yasir Arafat se encuentra sitiado desde el pasado 29 de marzo. El líder palestino salió indemne, pero tres de sus guardaespaldas resultaron heridos. El Ejército israelí reconoció haber disparado en respuesta a fuego palestino.
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La Cruz Roja Internacional calificó la situación en Yenín y Nablús de "catastrófica". Residentes de Nablús contactados por teléfono relataron que oían explosiones cada 10 o 12 minutos y aseguraban que los disparos eran indiscriminados. Las informaciones que llegaban de Yenín eran igualmente alarmantes. El ministro palestino de Cooperación Internacional, Nabil Saath, aseguró a sus homólogos árabes en El Cairo que Israel estaba perpetrando una matanza en ambas ciudades. En toda Cisjordania, 400.000 personas se encontraban sin agua corriente a causa de las operaciones militares, según denunciaron fuentes humanitarias.
"La ausencia de la prensa es solo parte de la tragedia", explicaba el palestino de Yenín. "No me extrañaría que la jornada concluyera con más de cien cadáveres. Ahora mismo acabo de hablar con un pariente y me ha dicho que al menos 80 casas del campo de refugiados están ardiendo", añadía. Pero la comunicación sólo era posible con algunos barrios de las afueras. En el centro de la ciudad y en el campo de refugiados del mismo nombre, el teléfono y la electricidad se encontraban cortados desde la madrugada, según la misma fuente.
Ataques fracasados
"Han intentado entrar cuatro veces en el campamento y las cuatro han fracasado", aseguraba a este diario otra fuente palestina. "Ahora están utilizando excavadoras para arrasarlo todo", añadía. El ministro palestino de Información, Yasir Abed Rabbo, informó a media tarde de que ya se habían contado una treintena de cadáveres.
El militar responsable de esa operación, el general Eyal Shlein, reconoció por la mañana a la radio pública israelí que la batalla de Yenín estaba siendo más difícil que en las anteriores ocasiones que el Ejército había tomado la ciudad. "Los palestinos están muy motivados", admitió antes de asegurar que controlaban la ciudad y que pronto lograrían controlar el campo de refugiados. Los palestinos seguían oponiendo resistencia.
Parecida intensidad tuvieron durante la noche los combates en Nablús, que junto con Yenín, está considerada una de las plazas fuertes de los movimientos radicales islámicos, o "nidos de terroristas" en la terminología israelí. Allí, en los entramados de callejuelas de las casbahs y en los campos de refugiados cercanos, los servicios de información israelíes consideran que se han refugiado muchos de los militantes de su "lista de buscados".
Un alto cargo israelí volvió a repetir ayer que el Ejército israelí no se retirará "hasta haber acabado su trabajo". La fuente, que pidió guardar el anonimato, declaraba esto en respuesta a la exigencia del presidente de EE UU, George W. Bush, de retirada de las tropas de Israel de los territorios palestinos.
El general Dan Halutz, jefe del Ejército del Aire, rechazó ante la prensa las acusaciones de que en Yenín están llevando a cabo una matanza y aseguró que al Ejército le está llevando tiempo cumplir su tarea porque "no utiliza la fuerza bruta" y "trata de evitar la muerte de civiles inocentes". No obstante, dijo, "en una situación de guerra, de combate, se producen víctimas por las dos partes". "Prueba de ello es que en Yenín hemos perdido a siete soldados en los últimos dos días", informó el general sin precisar si todos habían muerto en el campamento de refugiados, donde ayer se concentraban los enfrentamientos, o algunos también en la ciudad propiamente dicha. En total el Ejército ha sufrido 12 bajas mortales desde que se inició la Operación Muro Defensivo.
"Llevamos 162 muertos en lo que va de semana", declaró a media tarde el ministro palestino Saeb Erekat, "creo que es bastante venganza por los israelíes fallecidos en atentados terroristas". La oleada de ataques suicidas que sacudió Israel en el mes de marzo, dejó alrededor de 130 víctimas mortales. Además, 1.200 palestinos han sido detenidos de los que, según Halutz, un centenar estaban buscados por Israel.
En cuanto a la situación de Arafat, anoche proseguían las versiones contradictorias sobre el ataque a cañonazo limpio. Según los palestinos, los israelíes dispararon con obuses contra el primer piso del edificio y con ametralladoras al segundo. Los israelíes insistían en que sólo respondían al fuego de los palestinos. En la segunda planta es donde se encuentra Arafat y donde sus guardaespaldas resultaron alcanzados de gravedad por las balas. Al parecer, los soldados detuvieron a uno de los guardaespaldas cuando una ambulancia procedía a su evacuación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de abril de 2002