El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha desmentido, por medio de un comunicado, las noticias acerca de su negativa a entrevistarse con el representante de la Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea (UE), Javier Solana. El comunicado señala que "no es cierta" la noticia en ese sentido difundida anoche por el Canal 2 de la televisión israelí.
Sharon, que recientemente prohibió a Solana y al ministro español de Exteriores, Josep Piqué, visitar a Yasir Arafat, tampoco mencionó a los miembros de la UE entre los países que, según una iniciativa suya, podrían participar en una "conferencia regional de paz" bajo la presidencia de EE UU.
Sharon anunció que no volvería a hablar ni a reunirse más con Javier Solana, el coordinador de la Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea. "Cada vez que lo hago me arrepiento de ello", dijo ayer el primer ministro israelí a sus ministros en el transcurso de una reunión ordinaria del Gabinete celebrada en Jerusalén.
Muralla eléctrica
En esa reunión, el Gabinete israelí decidió destinar 880 millones de euros para construir una muralla eléctrica que impida a los palestinos acceder a territorio israelí. Esta muralla reforzará el aislamiento y confinamiento de tres millones de personas, lo que permitirá un mayor control de la población palestina.
Su construcción se iniciará de inmediato al norte de Galilea, en las zonas limítrofes con Cisjordania, para descender en línea recta hasta el desierto de Judea, lo que configurará una fortificación de 57 kilómetros. La muralla será especialmente sofisticada y tupida en torno a las ciudades de Jerusalén, Yenín y Tulkarem, convertidas desde hace más de un año en el paso de los comandos radicales palestinos en sus ataques.
La edificación de esta muralla será una de las obras de ingeniería militar más importantes y vergonzantes construidas por un Estado en las últimas décadas, se aseguraba ayer en medios políticos palestinos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de abril de 2002