Los teléfonos móviles sonaron como una alerta roja en A Coruña. El entrenador del Deportivo, Javier Irureta, descansaba en la habitación del hotel donde reside, antes de cenar, cuando le llamó el médico del club, César Cobián: acababa de recibir desde Belfast otra llamada de su colega de la selección, Genaro Borrás, para anunciarle que Diego Tristán se había lesionado en el entrenamiento y que podría ser baja para el domingo en Valencia. Cuando conversó con este periódico, Irureta aún tenía una versión un tanto confusa de lo sucedido. "Me han hablado de una distensión y de que es duda para el domingo", señaló.
Pero a esa hora, Borrás ya había confirmado en Belfast que la lesión era más grave, probablemente una microrrotura fibrilar. Una novedad desagradable que dejó preocupado a Irureta, aunque tratase de afrontarla con resignación y de acordarse del buen partido que hizo el pasado domingo el segundo ariete de la plantilla, el holandés Makaay, autor de dos tantos contra el Espanyol. "Parece que anda bien y que tiene hambre de gol", se consoló Irureta.
El entrenador del Deportivo no quiso culpar a nadie por la mala noticia, aunque tampoco pudo evitar una reflexión sobre los problemas que pueden ocasionar las convocatorias de las selecciones nacionales en el momento decisivo de la temporada de clubes. "Es un contratiempo, pero así son las cosas y tenemos que aceptarlas", declaró. "Yo entiendo que la selección también tiene que prepararse, pero ... La empresa que le paga es el Deportivo y ahora es la que resulta perjudicada. Algún día tendrá que modificarse esto".
La cautela del presidente
Más cauteloso aún se mostró el club, que rehuyó hacer declaraciones. El presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, ha sido uno de los directivos españoles más beligerantes contra el derecho casi ilimitado de las federaciones nacionales a disponer de sus jugadores para los partidos de la selección. Lendoiro mantuvo en su día duros enfrentamientos con las autoridades futbolísticas de Brasil.
La baja de Tristán se une a la de Mauro Silva, a quien el comité de competición denegó ayer el recurso contra la segunda tarjeta que recibió el domingo y que le impedirá jugar en Valencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de abril de 2002