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Israel retira su apoyo a la comisión de la ONU que investigará Yenín

EE UU exige a Sharon que permita que se lleve a cabo la misión de Naciones Unidas

Jerusalén / Nueva York

Israel ha retirado su apoyo a la comisión de la ONU encargada de investigar los hechos sucedidos en el campo de Yenín hace dos semanas, donde según las autoridades palestinas el Ejército israelí provocó una masacre, que causó entre 250 y 500 muertos. La decisión fue adoptada anoche por el primer ministro Ariel Sharon después de haber mantenido conversaciones con el responsable de Defensa, Benjamín Ben Eleizer, y el de Exteriores, Simón Peres.

La marcha atrás del Gobierno Sharon, retirando su apoyo a la comisión de investigación sobre Yenín, supone el bloqueo de los trabajos preparatorios de esta comisión, cuyos miembros tenían intención de reunirse en las próximas horas en Ginebra, para preparar desde allí el viaje a la zona, donde esperaban llegar a finales de esta semana o a principios de la siguiente.

El embajador israelí ante la ONU, Yehuda Lancry, informó personalmente al secretario general, Kofi Annan de la decisión de su país. El Consejo de Seguridad, que por la tarde convocó una reunión de urgencia para discutir la explosión en la sede de la Autoridad Palestina en Ramala, tenía previsto celebrar una reunión extraordinaria esta madrugada para tratar la decisión de Sharon de retirar el apoyo.

La negativa israelí es una afrenta directa contra Kofi Annan que ha hecho todo lo posible por sacar adelante la misión y que ha dado siempre una enorme importancia que se aclare lo ocurrido en el campo de refugiados. El pasado lunes al anunciar la composición de la misión, especificó que no se trataba de "un equipo de investigadores criminales". "Sólo van a establecer los hechos", agregó.

Aunque se desconocen oficialmente las razones de la decisión de Sharon se aseguraba ayer en medios políticos que se trata de una protesta del Gobierno israelí contra la decisión del secretario general de la ONU de nombrar por su cuenta, y sin previa discusión y consulta con Israel, a los componentes de la delegación, algunos de los cuales, según el Gobierno de Tel Aviv, serían elementos hostiles a Israel.

La comisión de investigación designada por la ONU esta encabezada por el ex presidente finlandés Martti Ahtissari y entre sus miembros se encuentran la ex alto comisionada para los refugiados de la ONU, Sadako Ogata; el ex presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja Cornelio Sammaruga; y un especialista militar el norteamericano William Nash, quien actuará como coordinador.

Mal menor

Mientras en medios gubernamentales israelíes crecía el descontento y desaprobación hacia los miembros de esta comisión de investigación, y sobre la forma en habían sido escogidos, el primer ministro, Ariel Sharon, comparecía ante la Comisión de Exteriores y de Seguridad del Parlamento de Jerusalén, para confesar que se había visto "obligado a aceptar como mal menor los trabajos de esta comisión".

De esta manera Sharon se refería sutilmente a las presiones de Estados Unidos y al apoyo que el propio presidente, George W, Bush, dio a la comisión, horas antes de que Israel le diera luz verde y prometiera su apoyo.

Washington tardó en reaccionar ante la negativa israelí. Fuentes oficiales seguraron a la agencia France Presse que "hemos apadrinado esta resolución y pensamos que debe aplicarse tal y como ha sido escrita", atestiguando de un cierto malestar y desconcierto ante la repentina decisión del gobierno de Sharon. El propio presidente norteamericano, George Bush, había acogido con satisfacción la iniciativa de la ONU.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de abril de 2002