Israel levantará el asedio a Yasir Arafat una vez que el presidente palestino entregue a soldados de Estados Unidos o del Reino Unido a los asesinos del ministro de Turismo Rehavam Zeevi. Esta propuesta, diseñada por el propio presidente George W. Bush, fue aceptada ayer por una amplia mayoría del Gobierno israelí y horas más tarde ratificada por el presidente palestino. El conflicto de Oriente Próximo entra así en una fase de distensión, que podría propiciar en las próximas horas el fin también al cerco de Belén y dejar el camino expedito para una declaración de alto el fuego.
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Todo esto se hará a costa de sacrificar la comisión de investigación de la ONU sobre el campo de refugiados de Yenín, que el Gobierno de Sharon volvió a bloquear ayer. Israel levantará el asedio al presidente palestino Arafat, retirará las tropas que rodean su residencia de Ramala desde hace un mes y otorgará al presidente de la Autoridad Palestina libertad absoluta de movimientos. Estas medidas entrarán en vigor en cuanto Arafat entregue a soldados de Estados Unidos o de Gran Bretaña -que tienen prevista su llegada hoy a la zona- a los cinco asesinos del ministro de Turismo y del industrial acusado de traficar con armas a favor de la Intifada. Los detenidos permanecerán bajo custodia de estas tropas extranjeras en una cárcel de Palestina, hasta cumplir su condena.
Esta fórmula de compromiso ha sido negociada con absoluta discreción este fin de semana entre Bush y Sharon. El presidente norteamericano llamó por teléfono el sábado por la noche, al finalizar la fiesta religiosa del sabbat, al primer ministro israelí y le pidió "como un favor personal" que aceptara la propuesta. Las conversaciones quedaron plasmadas, por escrito, en un documento firmado por el Secretario de Estado, Colin Powell, que el Gabinete israelí recibió ayer y cuyo contenido textual no se conoce, y que según observadores diplomáticos podría contener otros acuerdos anexos.
La propuesta fue aprobada ayer por la mañana por el Gobierno israelí en una reunión tumultuosa que duró aproximadamente cinco horas, una de las más larga de los últimos meses. Diecisiete de los ministros votaron a favor de la sugerencia de Estados Unidos, mientras que los ocho restantes se oponían a ella. A favor de la fórmula votaron los laboristas y los representantes del partido ultraortodoxo sefardí Shas, mientras que la extrema derecha lo hizo en contra.
La solución estadounidense fue ratificada a primera hora de la noche por el presidente Yasir Arafat. Una delegación diplomática de Estados Unidos, a la cabeza de la cual se encontraba el cónsul general norteamericano en Jerusalén, Ronald Schlicher, que se había trasladado a última hora de la tarde a Al Mokata, logró la luz verde palestina sin grandes dificultades.
La solución Bush, con respecto a Ramala, se cruzó en el Gabinete israelí con otro tema candente: los trabajos de la comisión de investigación de la ONU sobre la actuación del Ejército en el campo de refugiados de Yenín. Israel, que en un principio acepto la comisión, trata desde hace una semana de bloquear la llegada de esta delegación, prevista para ayer, ante el temor a que los resultados de la encuesta sirvan para incriminarle ante los tribunales de justicia internacional. Los trabajos de esta comisión han sido dos veces aplazados, por 24 horas, a petición de Israel, que ha alegado críticas puntuales de carácter técnico, sobre todo la composión de la misión y su capacidad para interrogar a miembros del Ejército israelí.
Comisión bloqueada
Ayer, el Gabinete israelí, al votar mayoritariamente la propuesta de EE UU de poner fin al asedio de Arafat, lo hizo con el convencimiento de que ésta le permitirá estrechar los lazos con la Casa Blanca y contar con su ayuda para bloquear de manera definitiva los trabajos de la comisión de investigación de la ONU sobre Yenín, según recalcó el propio ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, en el debate del Gabinete, filtró la radio estatal israelí.
Según la emisora, el líder del laborismo, Ben Eleizer, habría advertido a sus compañeros: "La solución de liberar a Arafat no es la ideal, pero no podemos rechazar una solicitud personal del presidente Bush", ya que "el apoyo de Estados Unidos es indispensable para el asunto de Yenín".
Oficialmente, el Gobierno israelí declaró que "continuaban las conversaciones con Naciones Unidas", en palabras del portavoz Avi Pazner, aunque la comisión estaba ayer bloqueada de nuevo. "Se han producido avances; pero no son suficientes para permitir a la comisión que venga a Israel", agregó Pazner. El equipo de la ONU se encontraba en Ginebra y ayer, a media tarde, sus miembros anularon los asientos que tenían reservados en un vuelo a Israel.
Fuentes israelíes han indicado que el principal problema que plantea el Gobierno de Sharon es su negativa a dar carta blanca a los miembros de la Comisión, entre los que se encuentran la ex comisionada para los Refugiados de la ONU, Sadako Ogata, y el ex presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Cornelio Sommaruga, para interrogar sobre los combates a militares israelíes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de abril de 2002