La última y agitada junta de accionistas del gigante de la comunicación Vivendi Universal ha acabado en los tribunales. El grupo francés ha presentado una demanda contra los "piratas informáticos" que, supuestamente, sabotearon el sistema electrónico de voto en la junta de accionistas de la semana pasada hasta el punto de distorsionar los resultados y anunció que convocará otra junta en junio. Algunos accionistas también prometen emprender acciones legales. Por si fuera poco, la compañía registró unas pérdidas récord de 17.010 millones de euros en el primer trimestre.
El supuesto fraude electoral es el último capítulo de una saga de desencuentros entre la dirección y algunos accionistas y empleados de Vivendi. El gigante de los medios, número dos del sector tras la estadounidense AOL Time Warner, no ha proporcionado los nombres de los presuntos piratas informáticos, pero indicó en un comunicado que la manipulación del voto "podría haber sido efectuada por un pequeño grupo armado con un transmisor-receptor y grandes conocimientos sobre el procedimiento y los protocolos técnicos del voto electrónico".
La ley francesa permite a los demandantes iniciar acciones legales sin citar los nombres de los sospechosos. Algunos accionistas se han unido a este proceso, que en la práctica allana el camino para que se inicie una investigación oficial.
La compañía denunció el supuesto sabotaje el viernes pasado, alertada por la alta abstención (20%) registrada durante la votación. Pero ha ofrecido más detalles. Según un comunicado, Vivendi ha constatado que una parte de los votos fue contabilizada "sistemáticamente" como abstenciones. En este grupo aparecen grandes accionistas de Vivendi, como Saint Gobain, Société Générale, Crédit Agricole y BNP Paribas. Durante la investigación de urgencia se ha descubierto que el voto de estos representantes no se correspondió con el emitido.
"Este incidente es extremadamente serio, porque podría provocar suspicacias en todo el mercado bursátil de París y entre los accionistas", advierte la compañía en el comunicado. A juicio de algunos analistas, sin embargo, la sola idea de que unos piratas informáticos hayan logrado derribar las barreras de seguridad de una compañía que aspira a convertirse en el primer grupo de comunicación del mundo es motivo de preocupación. Las acciones de Vivendi, que arrastran una pérdida del 41% desde principios de año, cayeron ayer un 0,95%.
La decisión de Vivendi de anular la votación del miércoles pasado ha provocado críticas entre algunos accionistas en un momento delicado para el grupo que preside Jean-Marie Messier, que el año pasado registró pérdidas récord. "Necesitas tener pruebas para cancelar la votación y convocar una nueva junta", indicaba Colette Neuville, presidenta de ADAM, una organización de defensa de los accionistas. Sostienen que sólo un juez puede anular los resultados de la junta, que rechazó dos resoluciones abanderadas por la dirección, y han anunciado que también emprenderán acciones legales.
La controvertida junta, caldeada por la mala evolución de Vivendi en Bolsa, ha sido vista como un revés para Messier. Los accionistas rechazaron un plan de opciones sobre acciones dirigido a los ejecutivos de la compañía. La otra propuesta que fue rechazada pedía permiso a los accionistas para renunciar a derechos preferentes en posibles ventas futuras de inmuebles. El encuentro fue tumultoso. Algunos asistentes abuchearon a Messier durante su intervención y llegaron a pedir su dimisión al frente de la compañía. La reciente salida de Pierre Lescure como presidente de Canal Plus, a pesar de la ferviente oposición de la plantilla de esta división de Vivendi, también contribuyó a encender los ánimos de la junta.
Después de que Vivendi registrara pérdidas por 13.597 millones de euros el año pasado -las mayores de la historia empresarial francesa-, el voto contra las dos polémicas resoluciones fue interpretado como otra humillación para Messier, uno de los líderes empresariales europeos más carismáticos. "Las resoluciones rechazadas habrían sido aceptadas si no se hubieran desviado votos", indicó ayer el presidente de Vivendi Universal, firma en la que la española Esther Koplowitz es consejera, debido al acuerdo con FCC.
Marcha del negocio
Por si fuera poco, Vivendi Universal cumplió ayer con los peores augurios al anunciar unas pérdidas récord de 17.010 millones de euros en el primer trimestre, frente a los números rojos de 183 millones del mismo periodo del año anterior, debido a la pérdida de valor de sus principales adquisiciones, incluyendo Seagram y Canal Plus, de acuerdo a las normas contables estadounidenses, informa Bloomberg.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de abril de 2002