Siete presos murieron el jueves durante una rebelión entre bandas rivales del centro de detención provisional brasileño de Guarulhos, en el Estado de São Paulo. Los presos se hicieron con el control del centro carcelario y tomaron a siete rehenes, entre ellos tres guardias penitenciarios, cuando éstos intentaban acabar con la pelea entre los internos.
Los cabecillas de la revuelta pidieron el traslado a otras prisiones de algunos internos que consideran sus enemigos y decidieron rendirse tras cuatro horas de negociaciones. La Secretaría de Administración Penitenciaria confirmó que realizará algunos traslados de reclusos, pero no precisó el número de reos que serán trasladados ni su destino. Guarulhos, que tiene una capacidad para 768 internos, alberga a 644 presos y fue inaugurado hace dos meses.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de mayo de 2002