Al menos 14 personas resultaron muertas, de las que 11 son francesas y 3 paquistaníes, en el atentado con coche bomba ocurrido ayer contra un autobús en el que viajaban expertos navales franceses en la ciudad portuaria de Karachi, al sur de Pakistán. El presidente Pervez Musharraf aseguró que el atentado suicida es un intento de 'desestabilizar' el país y apuntó a 'una mano extranjera' como autora de la masacre, que causó también una veintena de heridos. El principal sospechoso, según la policía de Karachi, es la red terrorista Al Qaeda, aunque tampoco se descarta que provenga de India.
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El atentado ocurrió a las ocho de la mañana hora local (cuatro de la madrugada en la España peninsular) cuando un autobús se disponía a trasladar a los empleados de la Dirección de Construcciones Navales (DCN) de Francia, desde el hotel Sheraton donde se alojaban hasta su base de trabajo. 'El ruido fue tan brutal que se escuchó a 10 kilómetros de distancia', dijo Munir Seij, un policía que se declaró conmocionado por el amasijo de hierros, trozos de carne y sangre en que quedó convertido el vehículo de 45 asientos.
Según testigos presenciales, el coche bomba era un taxi. 'El taxi estaba aparcado delante del hotel. Cuando los empleados de la DCN subieron al autobús, el chófer movió el taxi y lo estrelló contra el autobús', declaró un testigo. Otros 12 franceses resultaron heridos y fueron hospitalizados. La DCN, un organismo dependiente del Ministerio francés de Defensa, firmó un contrato con las autoridades de Pakistán para la construcción de tres submarinos. Los muertos y heridos trabajaban en el ensamblaje de uno de esos submarinos. La DCN, que tenía más de 40 franceses desplazados a Pakistán, ha ordenado la repatriación de la mayoría de sus empleados.
Musharraf consideró que su país esta sumido en 'una campaña de muertes sistemáticas' debido a su posición valiente contra el terrorismo internacional. En un comunicado emitido tras la reunión de urgencia convocada por el jefe del Estado, el Gobierno paquistaní anunció su decisión de 'reforzar la frontera occidental para evitar infiltraciones'. Islamabad 'no ha descartado', añade la nota, la posibilidad de que el ataque proceda de la 'frontera oriental, de un país enemigo de Pakistán'.
Hasta el momento, ningún grupo se ha atribuido la autoría del atentado, pero la policía no descarta que haya sido obra de miembros de la red terrorista Al Qaeda, que lidera Osama Bin Laden. En marzo, un ataque contra una iglesia cristiana en el barrio diplomático de Islamabad mató a cinco personas, dos de ellas estadounidenses. En enero, también en Karachi, una ciudad de 12 millones de habitantes, fue asesinado el periodista de EE UU Daniel Pearl.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de mayo de 2002