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Reportaje:FÚTBOL | Preparación para el Mundial de Corea del Sur y Japón

Cañizares: "Mi dolor es anímico"

Camacho aclara: "No llamé a Molina porque llamé a Contreras"

La presentación de los trajes oficiales de la selección española, de la firma Grisby -"mezcla de rigor y desenfado"-, con Luque y Contreras haciendo de modelos "a lo Van der Loo", como apuntó Xavi muerto de risa, fue el extraño prólogo a la despedida de Cañizares del Mundial. El que iba a ser el portero titular esperó a que terminara la exposición oficial del uniforme para dar su conferencia de prensa. Con la voz quebrada relató cómo un frasco de perfume se le cayó el jueves por la noche "con tan mala fortuna" que le seccionó el tendón extensor del dedo gordo del pie derecho. Operado de urgencia en el Hospital General de Jerez, deberá esperar entre uno y dos meses para volver a estar en condiciones de jugar. Ha perdido, pues, su Mundial y las consecuencias para el equipo de José Antonio Camacho son graves. Ayer llegó a la concentración su sustituto, Contreras, que debuta. El técnico ni siquiera consideró la posibilidad de llamar a Molina, veterano y subcampeón de Liga con el Deportivo.

Molina es un guardameta de temple, sabe mandar a los defensas, juega bien con el pie y domina su área de penalti como pocos. Casillas y Contreras son muy buenos en el uno contra uno y tienen grandes reflejos, pero no destacan ni por su experiencia internacional ni por su poderío en las salidas. Sin embargo, Camacho les ha preferido. Según fuentes de la Federación, su tarea es "hacer un equipo", como si la actitud de Molina hubiera sido egoísta.

El deportivista jugó por última vez con España en el Campeonato de Europa de Francia 2000. Entonces, un error en una salida, deslumbrado por el sol, ante Noruega le apartó de la titularidad primero y de las convocatorias después. Nadie le dio explicaciones. "Sé que nunca más volveré a la selección", dijo hace unos meses en una entrevista concedida a Canal +. También dio a entender en varios medios que su relación con Camacho estaba acabada. Dijo que había demostrado con creces que no confiaba en él. Así es que ayer Camacho zanjó la cuestión a su manera: "No llamé a Molina porque llamé a Contreras".

Como un rezagado de la era Punk, el pelo de punta, rojo ladrillo, Cañizares dijo que no siente "dolor físico", sino "dolor anímico". El campeón de Liga con el Valencia, con muletas y el pie derecho vendado, hizo un esfuerzo por no derrumbarse en público. Su discurso, al borde de las lágrimas, reflejó el pesar por la oportunidad perdida: "Me duele dejar este equipo porque creo que España va a ser protagonista. Yo fui a otros Mundiales y, aunque no jugué, tuve buenas experiencias y aprendí mucho. Quería jugar ahora. Creo que éste es un buen equipo. Se está trabajando muy bien, con buen talante. Por eso me duele quedarme fuera".

"Salí de la ducha, me puse perfume y el frasco se me cayó y se rompió", explicó: "me cortó un centímetro en el tendón. Si hubiera sido en otra parte, se habría podido curar rápido, pero... Enseguida me di cuenta de que el vidrio me lo había seccionado. Se lo dije al doctor Borrás. Fue absurdo. Pero no me puedo quejar de nada. He tenido mala y buena suerte, como cualquiera. Y no pierdo la ilusión de ser protagonista en otro Mundial". "Lamento mucho más la muerte de Kubala que perderme éste", concluyó.

Junto con Contreras, ayer llegaron los jugadores madridistas. Casillas, Helguera, Hierro, Raúl y Morientes desataron más entusiasmo en un solo día que toda la selección en lo que lleva de semana de concentración en Jerez. Más de 500 personas en el aeropuerto y varias decenas en los cerros de los alrededores del hotel aclamaron a los ganadores de la Copa de Europa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de mayo de 2002