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España acogerá a tres de los palestinos de Belén

La UE logra un acuerdo sobre el reparto de los 13 palestinos

Los países de la Unión Europea dispuestos a acoger a los 13 palestinos que durante semanas estuvieron encerrados en la basílica de la Natividad de Belén alcanzaron por fin un acuerdo, a última hora de la noche de ayer, para repartírselos en los próximos días. España e Italia, los países europeos que han mostrado una mayor generosidad y comprensión ante el problema, aceptaron quedarse con tres palestinos cada uno, según informaron anoche fuentes de la presidencia española en la UE. El resto se repartirán por Grecia (dos), Irlanda (dos), Portugal (uno) y Finlandia (uno), mientras otro más se quedará en Chipre.

Ha sido en Chipre, país candidato a incorporarse a la UE en 2004, donde han estado esperando en los últimos días los 13 palestinos hasta que los Quince pactaran su destino. Fue la Unión Europea la que intervino directamente para que el Ejército israelí levantara el prolongado asedio a la basílica y, a cambio, la Unión asumió instalar en Europa a ese grupo de encerrados, militantes de Hamás y Al Fatah, considerados por Israel como "extremadamente peligrosos".

Aunque ese acuerdo fue clave para rebajar la elevada tensión que se vivía en la zona, ha sido el reparto final de los palestinos el que ha consumido mucho más tiempo que el previsto. Tres reuniones, una de ministros de Exteriores y dos de embajadores en Bruselas, no fueron suficientes para cerrar el compromiso. Los países que inicialmente se habían mostrado dispuestos a recibir a esos combatientes eran España, Italia, Portugal, Irlanda, Grecia y Bélgica. El resto de los Quince optó por permanecer al margen y evitar posibles problemas futuros. Aún así, la cifra que cada uno aceptaba en el reparto no alcanzaba los 13.

A la sombra de la cumbre

Tras la frustrada reunión de embajadores del pasado viernes, el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, se comprometió a utilizar la infraestructura de la cumbre UE-Latinoamérica en Madrid, donde estaban sus colegas de la Unión, para forzar un pacto. Bélgica ponía condiciones muy duras, porque, argumentado que su legislación nacional facilita juzgar a cualquier acusado de genocidio con independencia del lugar donde se hubiera cometido el crimen, exigía poder acoger a alguien que no corra el riesgo de ser juzgado con posterioridad en Bruselas. Sin embargo, ninguno de los 13 tiene causas penales abiertas.

Esta complicación, junto a la negativa de otros países de no aumentar su cuota inicial, originó la búsqueda de nuevos miembros para el grupo de países generosos y la petición a Grecia, por ejemplo, para que incluyera en su lista a dos en lugar de uno. Finlandia aceptó ser incluido en el grupo de acogedores y, finalmente, también Chipre, aunque aún no es Estado de la Unión.

El pacto final quedará rubricado el martes que viene en Bruselas en una nueva reunión de los embajadores de los Quince. Como los embajadores acordaron en sus reuniones previas, los 13 serán recibidos y tendrán protección "por razones humanitarias". Tendrán derecho a la reagrupación familiar y, si piden acogerse al estatuto de asilado político, cada país aplicará su propia legislación porque no existe una comunitaria.

La posibilidad de que Israel acabe pidiendo en el futuro la extradición de alguno de los 13 también ha sido contemplada. Los Quince han pactado estudiar entonces, si se diera el caso, adoptar una posición común de forma que nunca sea un Gobierno en solitario el que tenga que asumir la responsabilidad de cómo actuar. Una vez alcanzado el acuerdo, el traslado de los 13 se realizará con sigilo en medio de fuertes medidas de seguridad. Para empezar, ni siquiera se prevé hacer pública la identidad de quienes serán trasladados a uno u otro país.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de mayo de 2002