El Tau asestó el primer hachazo a una serie que, por lo visto en su primer episodio, promete desarrollarse al límite en todos los aspectos, empezando por el de la dureza que ayer imperó en el Palau. El Barcelona, privado del concurso capital del lesionado Dueñas y que apenas pudo tirar de Navarro por idéntico motivo, quedó hecho trizas en un primer tiempo en el que fue abrumado por el Tau. Después intentó recuperar terreno a base de meter toda la carne en el asador, buscando todos los límites del juego, endureciéndolo y encendiendo la caldera en que el animoso público azulgrana convierte el Palau.
El Tau se hizo el amo bajo los aros aprovechando tanto la ausencia de Dueñas como el desviado punto de mira de los cañoneros del Barça (acabó con 5 de 26 triples). Eso permitía a los de Vitoria hacerse fuertes en el juego interior. Y eso a pesar de que muy pronto perdieron el concurso de Oberto que, en una entrada a canasta, recibió el impacto de un brazo de Rentzias. El pívot argentino tuvo que dejar la pista en camilla y con un collarín. Las primeras impresiones de los médicos es que puede sufrir un esguince cervical por el que puede causar baja algunas semanas.
BARCELONA 71| TAU 80
Barcelona: Jasikevicius (15), De la Fuente (6), Karnisovas (11), Rentzias (6), Camata (4); Alzamora (2), Okulaja (12), Nacho Rodríguez (14), Digbeu (1) y Navarro. Tau: Bennett (7), Sconochini (11), Foirest (8), Tomasevic (17), Oberto (5); Corchiani (6), Scola (16), Nocioni (10) y Fernández. Árbitros: Mitjana, Requena y García. Palau Blaugrana. Unos 7.500 espectadores.
El Tau puso tierra de por medio, 28-44 en el descanso. Como era previsible, el Barcelona, a base de superarse al máximo en defensa para recuperar balones y propiciar la velocidad de sus transiciones, fue reduciendo diferencias en el marcador. El Tau resistió. El juego se endureció. Los árbitros repartieron faltas antideportivas y técnicas. Y cuando el Barça estuvo a punto de culminar la remontada (59-63), Scola reanimó a los vitorianos que certificaron un primer triunfo que vale su peso en oro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de mayo de 2002