Unicaja venció ayer en un partido de ida y vuelta en el que Estudiantes le complicó las cosas con un comienzo arrollador. No obstante, tras el descanso, el equipo de Maljkovic derrochó el esfuerzo físico del que su rival había abusado ya en la primera mitad, ya que Estudiantes empezó con una agresiva defensa que bloqueó las ideas del conjunto local. Bullock y Sonko encabezaron una remontada que en el descanso quedó en 15 puntos, pero que rozó los 20 minutos antes.
La ventaja inicial del conjunto de Pepu Hernández vino dada por una defensa asfixiante, el rebote ofensivo y un mayor acierto desde el perímetro y los tiros libres. En el otro lado, Unicaja estaba sometido por el ritmo de Azofra, que siempre encontró el espacio justo para asistir o anotar. La falta de ideas provocó a Unicaja la intranquilidad necesaria para flaquear en defensa cuando ya era el momento de olvidar el lanzamiento fallado.
UNICAJA 73| ESTUDIANTES 69
Unicaja: Cabezas (2), Rodríguez (2), Gurovic (6), Philip (10), Kornegay (2); Bullock (17), Abrams (12), Vázquez (3), Weis (10) y Sonko (9). Estudiantes: Azofra (6), Jasen (3), Jiménez (9), Alfonso Reyes (18), Felipe Reyes (7); Garnett (14), Patterson (12), Martínez y Gabriel. Árbitros: Maza, Llamazares y Guirao. Excluyeron a Weis, Jasen, Jiménez y Azofra. Unas 8.500 personas en el Martín Carpena.
El desánimo local desapareció tras el descanso, pero pulverizar la ventaja estudiantil no era asunto fácil. La solución fue aumentar la intensidad defensiva, rozando el límite, y la aportación de Bullock y Sonko, que encararon con decisión el aro; siempre supieron cuál era el momento de lanzar y cuando había que penetrar. Esta actitud se hizo colectiva y Weis tapó algunas carencias de su equipo bajo la zona.
La semifinal viaja a Madrid con un Unicaja capaz de arrollar en el primer partido y de sufrir en el segundo. Estudiantes mejoró su imagen, pero posiblemente acusó el gran desgaste de la primera mitad, por lo que deberá ganar el próximo encuentro para seguir vivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de junio de 2002