La lucha contra la inseguridad es la principal arma electoral del actual Gobierno conservador francés. Eso es, al menos, lo que parece deducirse de la omnipresencia de la cuestión en las declaraciones de los ministros y en las iniciativas de Nicolas Sarkozy, el titular de la cartera de Interior. Sarkozy visitando una comisaría, Sarkozy acompañando a los policías que capturan a unos proxenetas, Sarkozy junto a los agentes que desmantelan una red de ladrones de material informático...
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Cada día los telespectadores franceses tienen derecho a una buena dosis de imágenes del hiperactivo Sarkozy, pues, eso sí, el hombre nunca se olvida de llamar a las cámaras de televisión antes de salir de su despacho. 'Hay que ir a buscar a los delincuentes y combatir a las mafias sin esperar que causen nuevas víctimas. Hay que reconquistar centímetro a centímetro el terreno cedido a los mafiosos y a la economía subterránea' declaró ayer Sarkozy a Le Monde.
Según el ministro, los socialistas sólo intervenían cuando el delito ya había sido cometido. 'Hay que pasar de una estrategia defensiva a otra ofensiva' concluye. Para llevar a la práctica tal propósito todos los recursos son buenos, aunque sea recuperar las iniciativas de los enemigos políticos. Por ejemplo, Sarkozy es hoy el jefe de policías y gendarmes, cuerpo este último que, por su carácter militar, dependía hasta ahora del ministro de Defensa. La idea de unificar los dos cuerpos bajo un mismo mando figuraba en el programa presidencial de... ¡Lionel Jospin!
Algo parecido sucede con los grupos de intervencion local (GIR), 28 unidades en las que coexisten policías, gendarmes, inspectores de trabajo y agentes fiscales y de aduanas. El invento es idéntico, sólo que en permanente, al que había puesto en pie el ministro socialista Daniel Vaillant desde enero de 2001. Y el Consejo Superior de Seguridad, presidido por Jacques Chirac y coordinando todas las iniciativas y fuerzas policiales, es idéntico que el Consejo de Seguridad impulsado por Jospin, sólo que entonces quien lo dirigía era el ministro del Interior. Y tampoco hay novedad sustancial en la creación de unos consejos locales de seguridad, pues no son otra cosa que los ya existentes consejos comunales de prevención. Ambos organismos tienen por objeto asociar a los alcaldes a la lucha contra la delincuencia. Nicolas Sarkozy, mientras espera que las urnas den una mayoría en la Asamblea a la derecha los próximos 9 y 16 de junio, centra su política en una presencia constante en los medios de comunicación.
Mientras, Chirac provocó ayer las iras de la ultraderecha y de la izquierda, al irrumpir en la campaña para las elecciones legislativas con una petición al pueblo francés para que le conceda 'una mayoría de diputados clara, coherente', que le permita sortear todo riesgo de pactos con el Frente Nacional y de nueva cohabitación con la izquierda.
La intervención de Chirac enfada a la izquierda porque supone la entrada en campaña del presidente, elegido el 5 de mayo con los votos de la derecha y la izquierda, y que ayer se manifestó radicalmente en contra de repetir nuevas experiencias de cohabitación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de mayo de 2002