El Gobierno acusó ayer a los obispos vascos que firmaron una pastoral conjunta de defender la 'total impunidad de Batasuna' y de 'colocar a la sociedad vasca bajo la disciplina mafiosa de ETA y sus cómplices'. El ministro portavoz, Pío Cabanillas, leyó una dura declaración contra la pastoral en la que los obispos mostraban su preocupación ante la posible ilegalización de Batasuna. Cabanillas acusó a los obispos de defender la impunidad de Batasuna al considerar irrelevante la posible relación de la formación radical con ETA.
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El jueves por la noche, nada más conocerse el contenido de la pastoral, un representante del Gobierno se puso en contacto con el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, para expresarle su 'estupor' por el documento de ocho folios firmado por los obispos vascos. La Conferencia Episcopal emitió ayer un comunicado que el Gobierno ensalzó al entender que suponía un desmarque del contenido de la pastoral.
El Consejo de Ministros abordó el contenido de la carta pastoral conjunta. Cabanillas leyó a la salida una declaración reservada para situaciones de gravedad. Situó la pastoral en las posiciones 'más radicales' del nacionalismo contra la Ley de Partidos y como 'un compendio exacto del argumentario nacionalista' contra una iniciativa apoyada por el 95% del electorado.
El Gobierno no se siente sorprendido por el pronunciamiento de los obispos vascos dada su trayectoria, según explicó. Recordó su silencio ante el acuerdo del PNV y ETA y el Pacto de Estella, en 1998, así como ante atentados de gran impacto social. Y, por el contrario, según el Gobierno, su rechazo ante el Pacto Antiterrorista.
Cabanillas dijo también que la pastoral de los obispos vascos 'advierte a los amenazados de que su situación puede empeorar con la Ley de Partidos y les invita a la sumisión ante sus verdugos'. 'Proponen la paz del silencio de la víctimas, la paz de la humillación, la de los débiles y los cobardes'. Rechazó, incluso, como válida la preocupación de los obispos vascos porque la ilegalización de Batasuna genere una mayor crispación social. 'Rechazar la ilegalización por ello sería claudicar de todos los principios y valores democráticos', señaló el portavoz.
Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, declaró en Casablanca (Marruecos) que los obispos vascos deben rectificar 'a fondo' y pidió a la Conferencia Episcopal Española que, de manera inmediata, diga a los ciudadanos qué piensa sobre la actitud de los prelados respecto a Batasuna. Rodríguez Zapatero recriminó a los obispos vascos por 'no ver lo que es visible para todos respecto a la relación entre Batasuna y ETA'. 'Los obispos no han hecho una pastoral sino un manifiesto que resulta totalmente equivocado, que no contribuye a garantizar los derechos y libertades de los vascos amenazados por una banda criminal a la que contribuye y que es clave una organización política'. El líder del PSOE tildó a los obispos de 'injustos' por su pastoral y dio por sentado que su 'profunda decepción' se extiende a 'la inmensa mayoría de los católicos y de los obispos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de junio de 2002