A los tres años el tenista francés Paul-Henri Mathieu ya le pegaba bofetadas a la bola con una raqueta. Sin embargo, entonces nadie le conocía. Ni él mismo podía imaginarse que 17 años más tarde estaría en la pista central de Roland Garros defendiendo su sueño de alcanzar los cuartos de final frente a uno de los mejores jugadores del mundo, el estadounidense Andre Agassi. Y nunca hubiera osado pensar que le tendría con 3-1 y dos bolas para 4-1 en la quinta manga del partido que ayer les enfrentó. Pero todo eso resultó tan cierto como que el estadounidense se convirtió en su despertador.
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Mathieu, ahora con 20 años, ha quemado en los últimos meses varias etapas de la carrera profesional que está prácticamente iniciando. Fue considerado el mejor a los 14 años cuando ganó el campeonato de Francia, los Petits As y la Orange Bowl, avanzando a jugadores como Andy Roddick, Tommy Robredo y Guillermo Coria. Y luego, ganó a Robredo, a los 18 años, en la final junior de Roland Garros. Pero el año pasado todo el mundo se preguntaba por qué no estaba ya al mismo nivel que todos ellos.
Ayer, Mathieu, ahora 107 mundial, constató que está a punto para dar el salto. Pero Agassi le cerró el camino y será él quien se enfrente a Juan Carlos Ferrero en los cuartos de final.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de junio de 2002