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El FMI esperará a que el sistema financiero se consolide antes de ayudar a Argentina

El acuerdo del organismo está sujeto a la evolución del plan para flexibilizar el 'corralito'

Argentina inició ayer nuevos contactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para negociar un acuerdo de asistencia financiera, interrumpida en diciembre pasado, según fuentes oficiales de Buenos Aires. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, se comunicará telefónicamente hoy con la subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger, para pedirle que envíe cuanto antes una misión negociadora a su país. Antes de firmar un nuevo acuerdo, el FMI esperará hasta comprobar si funciona el plan para flexibilizar el corralito, que ayer entró en vigor.

El Gobierno de Eduardo Duhalde terminó de cumplir la semana pasada con los tres requisitos que el FMI le impuso para comenzar el diálogo (ajuste fiscal en las provincias, modificación de la ley de quiebras y derogación de la de subversión económica), pero el organismo internacional ahora encuentra otra objeción: duda del nuevo plan para desarmar el corralito (congelación de depósitos).

Fuentes del FMI reconocieron que la solución del problema bancario no constituye un cuarto requisito previo a la negociación con Argentina, de modo que en los próximos días podrá reanudarse el diálogo. Pero admitieron que esperarán a ver el resultado del canje de depósitos por bonos, en 30 días, antes de sellar un acuerdo con la tercera economía latinoamericana.

Los funcionarios técnicos del FMI mantienen su desconfianza. Si bien Argentina cumplió con una parte del "plan sostenible" que le piden los países industrializados, todavía persisten dudas sobre la recuperación de un sistema financiero viable. Lavagna presentó el sábado pasado un plan para que los ahorradores atrapados en el corralito puedan cambiar voluntariamente sus depósitos a plazo -que se descongelarán entre 2003 y 2005- por títulos públicos negociables en el mercado bursátil y útiles para la compra de coches, viviendas y acciones de empresas que cotizan en Bolsa, así como para la cancelación de préstamos.

Lavagna considera que ahora se dan las condiciones para negociar con el FMI y aspira a que una misión del organismo, encabezada por el indio Anoop Singh, viaje a Buenos Aires este fin de semana. Duhalde anhela alcanzar un acuerdo en tres semanas, pero su esperanza viene postergándose desde abril.

El presidente del Banco Central, Mario Blejer, llamó el fin de semana pasado a Singh y le pidió que no planteara nuevos condicionamientos a su país.

Mientras tanto, varios directores del Fondo, que representan a los países socios, se muestran favorables a acelerar un convenio con Argentina ante el sigiloso contagio del efecto tango a Uruguay y Brasil.

La última misión del FMI visitó Buenos Aires hace dos meses y dejó tres tareas previas a la discusión de un acuerdo, que incluirá severas restricciones en la política fiscal y monetaria. El Fondo pidió que las 23 provincias y la Capital Federal ratificaran un pacto para reducir el 60% su déficit público. La mayoría lo ha hecho, entre ellas dos de las tres principales: Buenos Aires y Córdoba. Mañana firmará la tercera, Santa Fe, según el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.

Además, el Congreso modificó semanas atrás la ley de quiebras para disminuir las prerrogativas que otorgaba a las empresas deudoras en beneficio de los bancos acreedores, y derogó el jueves último la ley de subversión económica, que había permitido el procesamiento de numerosos banqueros en una causa por la fuga de capitales.

El cumplimiento de los tres requisitos provocó duras negociaciones políticas que desencadenaron la renuncia del anterior ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, el enfrentamiento dentro del gobernante Partido Justicialista y la amenaza de dimisión de Duhalde.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de junio de 2002