El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, admitió ayer, un día después de las conversaciones con su homólogo británico, Jack Straw, que 'difícilmente' España y el Reino Unido podrán alcanzar un acuerdo sobre Gibraltar en la reunión formal del Proceso de Bruselas que mantendrán el 12 de julio en Madrid. No obstante, Piqué se mostró 'razonablemente optimista' en lograr un 'avance sustancial' ante la percepción de que el Gobierno británico tiene 'la misma actitud y determinación' que al inicio de las conversaciones, hace 11 meses.
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Tras la entrevista del miércoles con Straw, el jefe de la diplomacia española justificó el aparente estado de bloqueo de las negociaciones en el "enorme" avance de éstas. Por eso ahora estamos, dijo, "en los últimos reductos de discrepancia". Las dos actitudes posibles ante la constatación de las discrepancias, añadió, eran, o bien conceder un compás de espera o redoblar los esfuerzos, y se ha optado por esta última.
En esa línea optimista se mostró también el presidente del Gobierno, José María Aznar, quien desde Canadá aseveró que "las conversaciones siguen". "Lo que nadie puede es que en unas negociaciones de ese tipo no haya dificultades, sobre todo si avanzan tan rápido, pero me sorprende que la gente piense que un problema de 1713 se vaya a arreglar en tres semanas. Se ha avanzado más ahora que desde 1713. Es un tema que hay que llevarlo con estabilidad y no dejarse llevar por las emociones", declaró.
En la reunión que mantendrán el próximo 12 de julio en Madrid, es muy posible que ambos Gobiernos acuerden un nuevo calendario de negociaciones, ya que los contactos técnicos están interrumpidos. Aunque en un principio se habló de que, además de la reunión de julio, habría otra antes de las vacaciones estivales, es muy probable que los contactos no se reanuden hasta octubre.
En declaraciones a Radio Nacional, Piqué dijo que ambos Ejecutivos son conscientes de que el contencioso del Peñón "es un tema muy difícil y complejo". Pero lo importante, añadió, "es la voluntad política de los dos países de cerrar un acuerdo que sea beneficioso para España y el Reino Unido, también para los gibraltareños y para los ciudadanos del Campo de Gibraltar".
Respecto a los gibraltareños, Piqué hizo hincapié en que éstos saben que el actual status quo del Peñón "no es sostenible", por lo que subrayó que las bases sobre las que descansa la economía y forma de vida en Gibraltar "deben necesariamente modificarse". Por ello, añadió, que de lo que se trata es "de asegurarles que dicha modificación va a ir claramente en su favor, porque es el único camino posible y pensar que se pueden mantener las actuales circunstancias es un profundo error".
Base naval británica
Entre los escollos que aún quedan por superar para lograr un acuerdo, Piqué recordó en primer lugar la "irrenunciable" aspiración española a la soberanía en exclusiva sobre Gibraltar, "lo más difícil de compatibilizar desde el punto de vista conceptual". También se refirió a la discrepancia sobre la base naval británica en el Peñón, y aseguró que "es lógico" que también el Gobierno español sea "sensible" a las necesidades operativas de la Armada británica. "Ése es un tema en el que hay soluciones posibles, tenemos mucha experiencia en España en la presencia militar extranjera en nuestro territorio", recordó.
Sobre la intención del Reino Unido de hacer un referéndum entre los gibraltareños, el titular de Exteriores dijo que el Gobierno "no tiene nada que decir", pero éste no puede tener carácter vinculante "ni ser reconocido como ejercicio al derecho de autodeterminación por parte de España".
El ministro solicitó ayer su comparecencia ante la Comisión de Exteriores del Congreso para explicar la situación de las negociaciones.
El portavoz del PP en la Comisión de Exteriores, Gustavo de Arístegui, calificó de "extraordinariamente positiva" la reunión del miércoles y aseguró que la próxima ronda de negociaciones supone "un buen síntoma y demuestra a las claras cuál es la voluntad del Gobierno español y británico".
Más pesimista se mostró la diputada laborista Lindsay Hoyle, quien ayer declaró al diario conservador The Daily Telegraph que las negociaciones están "a punto de finalizar" y que "ahora las conversaciones se centran en cómo ambos países pueden salvar el tipo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de junio de 2002