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Londres y Madrid proseguirán el diálogo sobre Gibraltar pese al fracaso negociador

Jack Straw y Josep Piqué mantienen la convocatoria de una reunión formal en julio

La actual ronda negociadora sobre Gibraltar parece haber quedado totalmente atascada, si bien los Gobiernos español y británico quieren mantener abierto el Proceso de Bruselas para resucitar más adelante la posibilidad de un acuerdo. Los respectivos ministros de Exteriores, Josep Piqué y Jack Straw, se reunieron anoche durante dos horas en una cena informal, en Londres. En ella acordaron mantener en pie la reunión formal del Proceso de Bruselas prevista para el viernes 12 de julio en Madrid, como había anticipado la semana pasada el ministro británico para Europa, Peter Hain.

La solución parece ser ganar tiempo para que los obstáculos decrezcan y sean superables

Los jefes de la diplomacia de Gran Bretaña y de España, Jack Straw y Josep Piqué, respectivamente, cenaron juntos en la residencia del ministro británico, en el centro de Londres. A la llegada, con media hora de retraso, ambos exhibieron sonrisas circunspectas, se saludaron con un apretón de manos y no hicieron declaraciones. Se trataba de una noche decisiva: el momento de evaluar si había base para lograr un acuerdo en los próximos días o si convenía dejar para más adelante el intento de sellar un pacto. Pasadas las once de la noche, Piqué se despedía de su interlocutor con gesto severo e igualmente sin hacer declaraciones.

Las únicas explicaciones vinieron a través de una escueta nota oficial en la que se confirma la celebración de una nueva reunión en julio: "Hemos celebrado una reunión informal esta tarde para continuar nuestras conversaciones sobre Gibraltar. Fue, una vez más, un intercambio de opiniones en un ambiente amistoso y constructivo. Desde que se relanzaron las conversaciones el año pasado hemos avanzado mucho. Ambos Gobiernos han alcanzado un considerable grado de consenso.

Ambas partes subrayaron su convicción de que es bueno y razonable, y en el interés de España, del Reino Unido y de los gibraltareños, desplegar este esfuerzo para resolver la controversia.

Hemos acordado convocar una reunión formal del Proceso de Bruselas el viernes 12 de julio en Madrid".

Una nota que, aunque subraya el "considerable" grado de consenso alcanzado hasta ahora, reconoce, a la postre, la necesidad de seguir desplegando esfuerzos para resolver la controversia, lo que confirma la impresión de que el proceso parece haberse estancado. Y en la que, a diferencia de anteriores reuniones, ha desaparecido la tan reiterada referencia a la intención de ambas partes de alcanzar un acuerdo sobre la soberanía de Gibraltar este mismo verano.

De hecho, el pesimismo que rodeó este encuentro era absoluto en ambas partes, hasta el punto de que ya desde hace varias semanas se venía apuntando que el principal objetivo era encontrar la manera de que no muriera el proceso negociador, más que la pretensión de culminarlo con un acuerdo.

En esta línea, el único compromiso alcanzado ayer es convocar una reunión formal del Proceso de Bruselas el 12 de julio en Madrid. Una cita que ya habían pronosticado fuentes españolas antes de la reunión. "Pase lo que pase se va a mantener en pie la convocatoria de la reunión oficial del Proseco de Bruselas prevista para julio", señalaron.

El ministro británico para Europa, Peter Hain, ya había adelantado esa decisión en una intervención en la Cámara de los Comunes la semana pasada, en la que admitió abiertamente la posibilidad de que la actual ronda negociadora termine sin un acuerdo. "La próxima reunión formal del Proceso de Bruselas tendrá lugar a pesar de todo", afirmó en referencia a la posibilidad de que no hubiera acuerdo en la reunión de anoche entre los dos ministros de Asuntos Exteriores.

"Durante más de 300 años, Gran Bretaña y España han visto cómo se les escapaba una solución sobre Gibraltar. Es posible que ahora se nos vuelva a escapar. Es posible que aún tengamos que esperar un poco. Como hemos dejado claro ya en numerosas ocasiones, un desacuerdo es mejor que un mal acuerdo", dijo en la Cámara de los Comunes.

Y eso es precisamente lo que abordaron anoche Piqué y Straw, que pactaron no hacer declaraciones hasta la mañana de hoy. Ambos ministros tenían que aclarar de una vez por todas si sus respectivos Gobiernos están dispuestos a ir más allá para desbloquear la negociación en torno a la posible soberanía compartida sobre Gibraltar.

El Gabinete español cree que es el Ejecutivo británico el que se debe mover y admitir que el acuerdo ni puede ser el último sobre el contencioso de Gibraltar ni puede excluir las instalaciones militares del Reino Unido en el Peñón. En cambio, Londres estima que es Madrid quien debe dar el paso de admitir un acuerdo definitivo porque entiende que es la única manera de que éste pueda ser aceptado por los gibraltareños. Y aunque ha hecho mucho hincapié en que la cuestión militar es también capital, parece difícil pensar que eso impidiera el acuerdo definitivo si realmente fuera el último obstáculo.

La solución intermedia para solucionar ese dilema parece ser la de darle tiempo al tiempo: no admitir que las negociaciones han fracasado, pero sí que necesitan un plazo más amplio para que los obstáculos decrezcan y puedan desaparecer, como insinuó Peter Hain en los Comunes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de junio de 2002