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Cascos arremete contra Arenas por no delegar su poder en el PP

El secretario general replica que esas ideas son 'historia' y recuerda que Aznar le respalda

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, volvió a cuestionar ayer la conducta de su sucesor en la secretaría general del PP, Javier Arenas, al pronunciarse contra la posibilidad de compaginar cargos en el Gobierno y en el partido. Arenas simultanea desde ayer el cargo de ministro de Administraciones Públicas y el de secretario general. Cascos recuerda que, para evitar confusiones, delegó durante su etapa como secretario general en Ángel Acebes. Arenas replicó que esas ideas "responden a la historia" y recordó que se siente avalado por José María Aznar y el congreso del PP. Ambos protagonizan así un episodio más en su enfrentamiento personal, agravado cuando Cascos cuestionó que Arenas se apoyase en encuestas populares para elegir a los candidatos electorales.

El nuevo Gobierno, diseñado por José María Aznar con la intención de recobrar la iniciativa política, se encontrará hoy sobre la mesa de su primer Consejo de Ministros con dos novedades imprevistas: el contencioso reavivado con Marruecos y la reanudación de las críticas de Cascos hacia Arenas. Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas compartirán mesa en su primer Consejo juntos tras los tres años y medio en los que el nuevo titular de Administraciones Públicas ha permanecido fuera del Gabinete tras ejercer en la primera legislatura como el ministro de Trabajo. No será un encuentro agradable.

El buen ambiente renacido en el Ejecutivo y el PP esta semana tras la amplia remodelación ejecutada por Aznar para intentar recuperar la iniciativa política se estropeó ayer, en parte, al reincidir Cascos en sus críticas siempre solapadas contra las maneras y el estilo de trabajar de Arenas.

El ahora ministro de Fomento, que en la primera legislatura compaginó durante tres años la vicepresidencia primera, el Ministerio de Presidencia y la secretaría general del Partido Popular, entiende en estos momentos que ese sistema tiene muchos riesgos.

No confundir cargos

Cascos firmó ayer en Toledo un convenio con la Junta de Castilla-La Mancha, que preside el socialista José Bono, y allí aclaró, a preguntas de los periodistas, sus reparos a que Arenas compagine en esta nueva etapa el Ministerio de Administraciones Públicas y la secretaría general del PP, sin delegar funciones en otros cargos del partido. "Mientras he tenido la responsabilidad de tener cargos en el partido he procurado no confundirla nunca con cargos del Gobierno, y mientras he sido secretario general del partido he delegado todas las funciones en el coordinador general y el coordinador, Ángel Acebes, ha sido un secretario general plenipotenciario", señaló.

El ministro de Fomento agregó: "Ello quiere decir que se mantenía la jerarquía pero no se confundían las funciones. Creo que ese principio es bueno, como cualquier otro que se aplique en unos términos actuales, donde ahora el secretario general tiene otro ministerio distinto".

Tras efectuar todas estas apreciaciones, Cascos añadió una declaración final para intentar apaciguar, al menos en apariencia, sus divergencias cada vez más evidentes con Arenas y más implícitas con Aznar, que es el que ha refrendado el modelo actual. "No me parece que haya ninguna dificultad, ni que eso tenga que derivar en ninguna confusión, siempre que en la aplicación de las responsabilidades y en la dedicación de las competencias se preserve la independencia debida entre el Gobierno y el partido, como creo que se va a preservar y a conservar en esta nueva reorganización".

El discurso nada improvisado ayer del ministro de Fomento, que se sabe muy vigilado tras sus recientes críticas a los métodos de selección de candidatos con encuestas de Arenas, se adentró luego en una comparación metafórica más confusa: "En los esquemas de funcionamiento democrático el cargo de jefe gubernativo y de jefe provincial del movimiento hace muchos años que se disociaron y, por lo tanto, hay un esquema de gobierno con su jerarquía y de manera diferenciada un esquema de partido con su jerarquía".

Antes de valorar la potestad exclusiva del presidente del Gobierno para cambiar y relevar a los ministros que considere oportuno, Cascos comentó que quizá las "reticencias" ante la hipótesis de mezclar ahora en el Gobierno y el PP responsabilidades y cargos vengan derivadas de "ciertos hábitos en los que se confundía la jefatura del Gobierno con la jefatura del partido, y no sólo a nivel de la cúpula sino también de la organización territorial".

Arenas eludió ayer lo más que pudo entrar en esta nueva polémica durante un acto de homenaje en el Senado a los senadores víctimas de ETA en estos 25 años de democracia. El secretario general del PP entiende que esas teorías de Cascos "responden a la historia" porque se corresponden con una época pasada del partido, en el que había otro tipo de organización.

El PP que Álvarez-Cascos controló férreamente hasta el XIII congreso nacional de enero de 1999 disponía en la cúpula de su estructura del presidente, el secretario general y los vicesecretarios generales, como ahora, pero no tenía los cuatro coordinadores nacionales que se incorporaron entonces en el segundo nivel de mando y antes de los secretarios ejecutivos. A cambio, había un coordinador general, Ángel Acebes.

Arenas quiere mantener a partir de ahora sus funciones exclusivas como secretario general y potenciar las figuras de los cuatro coordinadores nacionales. Es posible, en cualquier caso, que ese modelo cambie si se demuestra que no funciona bien.

Desde la dirección del PP se le recordó ayer a Cascos que Arenas fue refrendado en enero por el XIV congreso del partido y ahora por el propio Aznar como ministro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de julio de 2002