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CRISIS CON MARRUECOS

Marruecos pretende establecer una base permanente en la isla Perejil

Ana Palacio confía, tras hablar con Mohamed Benaissa, en "una solución satisfactoria"

El Gobierno no adoptó ayer ninguna iniciativa nueva, militar, diplomática o jurídica, para resolver la situación del islote Perejil, próximo a Ceuta, ocupado desde el mediodía del pasado jueves por una docena de gendarmes de Marruecos. Rabat afirmó ese mismo día por la noche que el islote es marroquí y que no piensa abandonarlo. El vicepresidente primero y portavoz del Ejecutivo, Mariano Rajoy, dijo tras el Consejo de Ministros que "el Gobierno se pregunta y pregunta al Gobierno de Marruecos hasta dónde quiere llegar". Ahora espera "una respuesta formal" para tomar nuevas decisiones.

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, afirmó ayer en la sede de su ministerio que había hablado telefónicamente con su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, y confió en que esa conversación "ayude a dar una solución satisfactoria" a este asunto, informa Efe. Palacio expresó su deseo de que las autoridades marroquíes comprendan que este incidente es "incompatible" con un tratado de cooperación [de 1991] que, "aunque no está en su mejor momento", sigue vigente.

La única novedad mencionada por Rajoy tras una larga sesión del Gabinete que estuvo fundamentalmente dedicada a este problema, que el ministro de Administraciones Públicas y secretario general del PP, Javier Arenas, calificó de "preocupante", es "el reforzamiento de las dotaciones militares en todos estos territorios". Rajoy no quiso precisar, por razones de seguridad, en qué consisten estos refuerzos que, explicó, se deben a que en la mañana de ayer "se observaron movimientos de una patrullera marroquí en torno a la isla del Rey", una de las Chafarinas.

Por lo demás, el ministro no se pronunció sobre la posibilidad de adoptar medidas políticas, como la suspensión de Tratado de Amistad y Cooperación firmado con Marruecos en 1991, que España declara vulnerado por la invasión de Perejil en la nota verbal entregada al encargado de negocios de Rabat en Madrid el jueves por la noche. Tampoco quiso adelantar si el Gobierno considera retirar a su embajador en Rabat, ni si tiene intención de plantear el caso en foros internacionales.

Únicamente destacó que la actuación marroquí "es incomprensible" desde el punto de vista de los usos internacionales, y más aún, añadió, si se tiene en cuenta que "más de 200.000 marroquíes viven en España y un millón más de ellos atraviesan cada año España en verano"; o que España es el segundo socio comercial de Marruecos y que éste es el primer destinatario de la ayuda exterior española. Luego afirmó que estas menciones no eran amenazas veladas, sino simples constataciones que le parecen "razonables".

Por lo demás, insistió, el Gobierno español ha enviado a Perejil las tres patrulleras desplazadas el jueves y ha remitido la nota verbal citada en la que "reclama" a Rabat que retire sus tropas del islote. "Ahora hay que oír la respuesta del reino de Marruecos, no hay que adelantar acontecimientos", reiteró Rajoy, que tampoco quiso precisar si el Gobierno se da un plazo para que Rabat conteste.

El objetivo español no es restablecer la soberanía española sobre la isla, que reconoció, es tema contencioso, sino el statu quo mencionado en la nota verbal del jueves. El ministro reconoció que, en relación con Perejil, "cada parte tiene sus argumentos jurídicos y sus reivindicaciones", y afirmó: "Este islote tiene un statu aceptado que no se puede alterar por decisión de una de las partes. El status consiste en que ni España ni Marruecos tengan ahí dotaciones militares permanentes", dijo Rajoy.

No precisó cuál es el origen de ese status quo, ni en qué circunstancias concretas surge, más allá de sostener que "data de mediados de los años sesenta" o que "tiene unos 40 años". A mediados de los años sesenta, se retiraron de Perejil los cuatro últimos soldados españoles, mandados por un cabo, según figura en un artículo sobre la isla Perejil publicado en Internet por Wenceslao Segura González, un profesor de enseñanza media en Tarifa.

Tal era la despreocupación por esa pequeña roca de la que apenas se ha hablado durante décadas, que los órganos rectores de la política exterior española se mostraban ayer incapaces de completar las lagunas históricas y jurídicas del vicepresidente primero.

Éste alegó, como prueba de que Marruecos aceptaba el statu quo referido, que, si Perejil no se incluyó, en 1993, en el Estatuto de Autonomía de Ceuta, fue porque se acordó con Rabat dejarlo fuera.

Luego, Rajoy rechazó que hubiera responsabilidades del Gobierno en la sorpresa con que se han desatado estos hechos. "España no tiene por qué pensar que Marruecos pueda unilateralmente hacer esto, porque es algo que no se hace en los foros internacionales y se trata de una conducta absolutamente sorprendente", dijo.

El ministro descartó, finalmente, que el Gobierno vaya a revisar su posición sobre el conflicto del Sáhara como consecuencia de esta acción marroquí.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de julio de 2002