El presidente de Paraguay, Luis Ángel González Macchi, anunció ayer el levantamiento del estado de excepción decretado tras los disturbios ocurridos el lunes y que acabaron con dos muertos, un centenar de heridos y más de 300 detenidos. Las manifestaciones de protesta ocurrieron simultáneamente en todo el país y el Gobierno señaló a los oviedistas, seguidores del ex general Lino Oviedo, que hace más de un año buscó refugio en el Brasil. Los manifestantes fueron rápidamente repelidos por la policía, que utilizó una violencia inusual en estos casos.
González Macchi, con muestras evidentes de cansancio y malestar, lamentó las muertes y dijo que se había visto forzado a decretar el estado de emergencia para evitar más violencia que pudiera poner en peligro el orden constitucional. "El país necesita de paz y estabilidad", dijo Gonzalez Macchi, quien prometió mantener el calendario electoral establecido y que marca el 29 de abril del año próximo como una de las fechas probables para la realización de elecciones generales.
Los detenidos serán liberados en las próximas horas, siempre y cuando no tengan abiertos procesos penales, informaron ayer fuentes oficiales a la agencia Efe. El portavoz de la Policía Nacional, Santiago Velasco, dijo que para la puesta en libertad de los detenidos se aguarda a que el Ejecutivo, a través de Ministerio del Interior, dé la autorización correspondiente. "La fiscalía deberá determinar qué detenidos deben permanecer detenidos por tener un proceso penal abierto", agregó.
El portavoz policial explicó que el fiscal Sergio Alegre supervisará la liberación de los detenidos y decidirá qué manifestantes deberán permanecer arrestados por causas penales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de julio de 2002