La intervención diplomática de Estados Unidos en el conflicto sobre la isla Perejil ha sido constante desde el pasado 11 de julio. El secretario de Estado, Colin Powell, ha hablado prácticamente todos los días con la ministra española de Exteriores, Ana Palacio. Y, ciertamente, su conversaciones de ayer con Mohamed VI no fueron las primeras de la semana.
Lo que hubo ayer fue, sin duda, una intensificación, al máximo nivel y en las dos direcciones, de unos contactos en los que los embajadores de Washington en Rabat y Madrid han participado muy activamente. El ministro marroquí de Exteriores, Mohamed Benaissa, asegura que la representante estadounidense en su país fue testigo de las negociaciones telefónicas que mantuvo el martes con Ana Palacio.
EE UU califica sus gestiones de mediación o negociación, porque España rechaza una intervención de ese tipo.
Pero no oculta que, con la mezcla de persuasión y presión de que es capaz, tratan de evitar que 'se peleen nuestros amigos'. 'No nos gusta que lo hagan', dijo ayer un portavoz del Departamento de Estado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de julio de 2002