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Blair no pedirá permiso a los Comunes para atacar Irak

El primer ministro británico, Tony Blair, intentó ayer calmar los espíritus asegurando que todavía no ha llegado el momento de atacar Irak. 'Aún no ha llegado el momento; no estamos preparados', dijo en su segunda conferencia de prensa televisada en directo, una nueva fórmula inspirada en Estados Unidos con la que Downing Street pretende reducir la influencia del poderoso lobby de los corresponsales políticos de los medios británicos.

Blair estuvo algo más de una hora sometido al interrogatorio de periodistas nacionales y extranjeros, lo que le permite ampliar de manera considerable el abanico de las preguntas y no tener que centrarse en la espesa bruma de las conspiraciones políticas nacionales, el conflicto de Irlanda del Norte o el caos de los servicios públicos. El primer ministro dio una de cal y otra de arena al abordar la crisis de la comunidad internacional, o al menos de Estados Unidos y el Reino Unido, con el régimen de Sadam Husein. Aseguró que aún no ha llegado el momento de actuar, pero dio por sentado que, cuando ese momento llegue, su Gobierno no va a pedir al Parlamento una autorización específica para atacar Irak.

Ya ocurrió así en la intervención en Afganistán. Blair consideró que el apoyo genérico de los Comunes a la guerra contra el terrorismo era un aval suficiente para enviar barcos, aviones y soldados sobre el terreno en la operación contra Al Quaeda. Admitió que las cosas pueden cambiar radicalmente si Sadam Husein permite la entrada de los inspectores que han de verificar si el régimen está fabricando armas de destrucción masiva. Pero dio poco crédito a esa posibilidad y dejó claro que los inspectores deberían entrar 'de manera incondicional'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de julio de 2002